martes, 12 de octubre de 2021

Hacia Madrid y en el Prado 1

El señor del taxi que me llevó al Aeropuerto me contó que prefirió no trabajar de marzo a junio del 2020 y de octubre del 2020 a marzo del 2021. Me explicó que no quería arriesgarse y que tenía padres de 94 años los dos y que podía permitírselo. A él ya le gusta la mascarilla y no se la va a quitar. Yo estaba deseando contarle que yo había estado ingresado y hasta en la UCI, pero me aguanté, pensando en mi humildad, pero pensando a la vez en contarlo aquí. Él estaba en contra de menos medidas de seguridad. Acusaba a los chinos (no es el único, cada vez lo oigo más) de que lo habían hecho todo aposta. Decía que las autoridades no nos dicen la verdad y eso también veo que cada vez hay más gente que lo piensa. No me parece mal, porque esa obediencia ovejuna que teníamos no es sana; es mejor no fiarnos de la autoridad y ponerle los mayores balances and checks que podamos. 

Yo llevaba más de dos años sin ir en avión y hasta me hacía ilusión. Se me quitó toda en el proceso de sacarme la tarjeta de embarque, en la que había además la oferta, que parecía medio obligatoria, de sacarse un procedimiento de reconocimiento facial que luego resultó que no funcionaba ni en Santiago ni en Barajas. No se puede todo: si nos queréis con mascarillas, tener a la vez nuestra cara monitorizada cada vez que entremos en un aeropuerto no se puede. Las indicaciones dentro del avión eran más cansinas que nunca: ahora han añadido lo de quitarse la mascarilla para ponerse la toma de aire si hay una despresurización. Que Dios nos pille confesados si hay una despresurización, es lo único que puedo aportar a la cuestión.

En mitad del vuelo, nos dijo el capitán que estábamos sobre Zamora y que a la izquierda estaba Toro y a la derecha Salamanca. Me sentí como Zeus y los demás dioses, cuando miraban Troya desde los montes, con las nubes de foulard (lI. 20.150)

Y llegué a Madrid y estuve en la exposición de Adonáis que ya conté. Aprovecho ahora para poner esta foto de una vitrina. Pues sí que editaban cosas de tomo en pleno franquismo:

2 comentarios:

  1. Sé que no es lo que has escrito, pero me ha hecho gracia imaginar a Zeus señalándole por enésima vez a su ya aburrida prole que "eso es Zamora, y eso que queda más allá Toro..."

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    1. De hecho, Zeus en la Ilíada a veces se aburre de mirar la Guerra de Troya, que es cuando los otros dioses aprovechan para malmeter.

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