lunes, 3 de mayo de 2021

Darle sorbos al vaso medio lleno (6 y final)

Me propuse limitar mi parasitismo del El vaso medio lleno a cinco entradas en el blog, pero con esta han acabado siendo seis. Aquí van los últimas aforismos que entresaqué; empiezo con tres que tienen giros lingüísticos: 
Solo, sé que no sé nada (33.1).

Juega conmigo, no conmigo (45.4).

¡Qué alhaja lingüística la hache intercalada de «ahuecar la voz»! (33.8).
A mí me gusta mucho este aguafuerte:
La lluvia de noche es una tinta china (51.7).
Y voy a terminar con uno sobre lo que vertebra el libro, la vida bien vivida (aquí, además, como aventura y arte):
METAMORFOSIS
En cuanto descubres el sutil hilo de tu destino, ya es el tenso alambre sobre el que tienes que avanzar a una altura de vértigo en excitantes equilibrismos. (21.5).

5 comentarios:

  1. No entiendo éste: "Juega conmigo, no conmigo."

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  2. "Juega conmigo, no [juegues] conmigo": no se pone la segunda vez porque al repetirse se supone: es un aforismo a lo Gracián, con "concepto", algo no es muy habitual en los aforsimos de este libro.
    Hay que dar un salto de la afirmación en imperativo (y positiva) a la negación en subjuntivo (y además negativa). Ese es el juego lingüístico de ese aforismo.

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    1. Gracias por la explicación. Para mí la frase es más una adivinanza que un aforismo, más propia de un libro de juegos de palabras y acertijos, que de un libro de "máximas o sentencias que se proponen como pauta en alguna ciencia o arte", según la definición que hace del aforismo el DRAE.

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    2. equivale a "juega conmigo / no juegues conmigo"...

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