lunes, 26 de diciembre de 2016

Viena 36 (Brueghel y 2)

Los cazadores en la nieve



La he puesto ya varias veces aquí. Aparte de la novedad de decidir pintar la nieve, hay mucho que admirar en este cuadro: esos verdes pálidos del cielo, la línea de las ramas resaltada por el blanco, la sensación tan conseguida de llegar a casa, del frío al calor:












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Día oscuro (primavera temprana) de primeras es menos agradecido de ver, pero es un gran cuadro, de la serie de las estaciones, muy en paralelo con el siguiente:


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Recogiendo el ganado (Otoño)



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La Boda campesina. A mí me gusta mucho. Se supone que es una escena alegre, pero es todo muy ambivalente, por decir algo. La novia es una pasmada, la pobre. Leí algo de que el novio no estaba en la celebración porque era así era la costumbre en Flandes (¡WTF!):






En una esquina, un franciscano y el supuesto señor de la zona, el noble en la boda de los campesinos:


Están todos los elementos de la fiesta, pero ambiente, lo que se dice ambiente, yo no lo veo:


Podría ser la representación de nos vamos a morir pronto, así que algo hay que hacer (o lo contrario):



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El Baile campesino también es un gran cuadro:


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Juegos de niños es un catálogo de juegos distintos puestos juntos. En algún caso parece que la gente es mayor, así que da para alegorías y para que la gente «se tire mocos» a lo postmoderno francés:







El carnaval y la cuaresma era para estar un rato entretenido allí. Yo le tengo grandísima manía al carnaval y aquí creo que tengo un aliado en Brueghel (no lo sé):



Quizá es que yo sea un moralista amargado y quiero ver a Brueghel de mi lado. El hecho es que pinta mucho mejor que sus descendientes multiples, su hijo Pieter Brueghel el Viejo, su otro hijo Jan Brueghel el Joven (que tuvo un hijo: Jan Brueghel el Joven)

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