Empezaba el mes de mayo de 2019 en el blog contemplando con interés la perplejidad de los padres primerizos ante el hecho de serlo: José María Contreras en un ensayo y Javier de Navascués en un poema.
Lo que disfruté con el viaje por el Mediterráneo de Newman. Su primera visión de las costas de España, en concreto del cabo de Ortegal, es un pasaje impresionante. Y la descripción de cuando ve a lo lejos Cádiz y Granada y para en Gibraltar, que le recuerda al país de los feacios de la Odisea. Copié pasajes en los que se enfadaba, que me consolaron mucho.
Ponía de una ópera de Glück un aria muy bonita, donde el cielo es como un limbo.
Defendía, aunque no le hace falta, a Ben Shapiro.
Ponía unas cartas impresionantes de la beata Guadalupe Ortiz de Landázuri.
Recogía el retrato de un Quijote pastoril del XVI, el padre Esteban Centenares. También de la Comunidad del Tardón, dirigida por un Diógenes cristiano.
También hacía fotos de flores de saúco:
Recuerdo de mi infancia el saúco, no recordaba cómo le llamaban en mi tierra, lo busqué en la versión en asturiano de wikipedia y, a diferencia de la versión en español, en aquella se propone una etimología con origen en el griego "sambuke", que haría referencia al instrumento de cuerda llamado sambuca, supuestamente de la madera del saúco. Leo alborozado que habría sido mencionado por "Pliniu'l Vieyu".
ResponderEliminarMuy bueno lo de Ben Shapiro (Neil es el entrevistador, ahí tiene una errata), es verdad, triste, lo de ese consenso.
Muchas gracias, ya he corregido lo de Ben Shapiro
EliminarYo tengo una historia curiosa con la beata Guadalupe. Me presente a una plaza en la universidad después de trabajar con mucho ahinco el año anterior en previsión de la convocatoria. Unas semanas antes de la resolución, entré en Caballero de Gracia buscando un poco de paz y le pedí a Guadalupe que intercediera para que ganara la plaza si era "para bien".
ResponderEliminarPor una parte, la quería pero, por otra, me daba igual porque había perdido a mi hija a los cuatro meses de gestación un año y medio antes y seguía muy afectada y asqueada del mundo.
Gané la plaza. El puesto me ha posibilitado escribir cosas muy importantes para mí, volcarme en lo que gusta, acercarme más a la Verdad, "trillar con esperanza" (1Co 9,9).
Desde entonces hasta ahora he perdido dos hijos más. Mi trabajo no sustituye a mis tres hijos, no es una compensación o un "premio", pero me ayuda enormemente a sanar y no puedo evitar ver en ello la mano del Dios que me ve (Gen 16,13) y que opera de forma misteriosa en mi vida.
Es muy impresionante lo que cuentas. Rezo para que puedas tener hijos.
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