jueves, 19 de septiembre de 2024

Tori y Lokita

Me gustan mucho todas las películas de los hermanos Dardenne. Algunas de ellas están entre mis favoritas absolutas. La penúltima es El joven Ahmed, de la que ya hablé

Tori y Lokita es de 2022 y también me ha gustado mucho: me impresiona esa manera de rodar, desde tan cerca, tan pegados a los personajes, todo con esa naturalidad (que parece que está muy ensayada previamente), de tremenda eficacia.

Aquí se trata de dos MENA, pero en el extremo bueno del espectro: un niño que cumple estrictamente la definición, en concreto un niño perseguido por brujería y, ahí está el núcleo dramático, una muchacha algo mayor, que está muy unida a él, hasta el punto de considerarse hermanos, en realidad y también buscando una ficción jurídica que permita la legalidad de la que no pueden disfrutar y que les permitiría quizá una vida normal. La realidad es que están en un ambiente que les empuja al trapicheo de drogas y a someterse a la inmoralidad. Hacen el mal pero en un contexto de inocencia personal, algo casi milagroso y también doloroso de ver, suspendida nuestra incredulidad ante la posibilidad real de que se dé el extraño caso de indefinición moral en el que viven.

A mí me conmueve cómo cantan esta canción, que supuestamente habrían aprendido en Sicilia, en un centro de refugiados. Es clave en la película, porque es la inocencia asediada por el mal, también en el contenido de la canción, que hizo famosa Angelo Branduardi a partir de una canción hebrea, sobre el traslado de la culpa de unos a otros, que da claramente para una reflexión girardiana:  
 También aquí:

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Un final que no vi en El Señor de los anillos

Se van acercando las Jornadas sobre Tolkien que habrá en Santiago el 4 y el 5 de octubre y todavía tengo recogidas cosas interesantes, sobre todo de sus cartas. Por ejemplo lo que cuenta en una de finales de 1951. Luego debió de pensar que era demasiado, porque la quitó (y yo os lo pongo con una traducción de google repasada). 

Se trata de Sam, a la vuelta de los Puertos Grises, donde despide a Bilbo y Frodo:

Then he rides home; his wife welcomes him to the firelight and his first child, and he says simply 'Well, I've come back'. There is a brief epilogue in which we see Sam among his children, a glance at his love for Elanor (the Elvish name of a flower in Lorien) his eldest, who by a strange gift has the looks and beauty of an elvenmaid: in her all his love and longing for Elves is resolved and satisfied. He is busy, contented, many times mayor of the Shire, and struggling to finish off the Red Book, begun by Bilbo and nearly completed by Frodo, in which all the events (told in The Hobbit and The Lord) are recorded. The whole ends with Sam and his wife standing outside Bag-end, as the children are asleep, looking at the stars in the cool spring-sky. Sam tells his wife of his bliss and content, and goes in, but as he closes the door he hears the sighing of the Sea on the Shores of the world (229).

Luego vuelve a casa; su esposa le da la bienvenida a la luz del fuego y a su primer hijo, y él simplemente dice: "Bueno, he vuelto". Hay un breve epílogo en el que vemos a Sam entre sus hijos, un vistazo a su amor por Elanor (el nombre élfico de una flor en Lorien), su hija mayor, que por un extraño don tiene la apariencia y la belleza de una doncella élfica: en ella todo su amor y anhelo por los Elfos queda resuelto y satisfecho. Está ocupado, contento, muchas veces es alcalde de la Comarca y se esfuerza por terminar el Libro Rojo, iniciado por Bilbo y casi completado por Frodo, en el que están registrados todos los acontecimientos (contados en El Hobbit y El Señor). Todo termina con Sam y su esposa parados fuera de Bolsón Cerrado, mientras los niños duermen, mirando las estrellas en el fresco cielo primaveral. Sam le cuenta a su esposa su felicidad y satisfacción y entra, pero cuando cierra la puerta oye el suspiro del mar en las costas del mundo. 

La noción de Edén que recoge en una de sus cartas a su hijo Christopher (30.01.1945) sirve de complemento a eso que oye Sam del mar:

We all long for it, and we are constantly glimpsing it: our whole nature at its best and least corrupted, its gentlest and most humane, is still soaked with the sense of 'exile'. If you come to think of it, your (very just) horror at the stupid murder of the hawk, and your obstinate memory of this 'home' of yours in an idyllic hour (when often there is an illusion of the stay of time and decay and a sense of gentle peace) – εἴθε γενοίμην, 'stands the clock at ten to three, and is there honey still for tea' are derived from Eden. As far as we can go back the nobler part of the human mind is filled with the thoughts of sibb, peace and goodwill, and with the thought of its loss. We shall never recover it, for that is not the way of repentance, which works spirally and not in a closed circle; we may recover something like it, but on a higher plane.  (159).

Todos lo anhelamos y lo vislumbramos constantemente: toda nuestra naturaleza, en su forma mejor y menos corrompida, en su forma más gentil y más humana, todavía está empapada del sentimiento de "exilio". Si lo piensas bien, tu (muy justo) horror ante el estúpido asesinato del halcón y tu obstinado recuerdo de este "hogar" tuyo en una hora idílica (cuando a menudo existe la ilusión de que el tiempo se ha detenido y decadencia y una sensación de suave paz) – εἴθε γενοίμην, "el reloj marca las tres menos diez y hay todavía miel para el té" [el texto griego ="ojalá fuera" y lo siguiente es una cita de un poema de Rupert Brooke] se derivan del Edén. Hasta donde podemos retroceder, la parte más noble de la mente humana está llena de pensamientos de sibb [sic], paz y buena voluntad, y del pensamiento de su pérdida. Nunca lo recuperaremos, porque ese no es el camino del arrepentimiento, que funciona en espiral y no en un círculo cerrado; podemos recuperar algo parecido, pero en un plano superior. 

martes, 17 de septiembre de 2024

Innsbruck 8 - El Museo de Artes Populares de Tirol 4 - Exvotos

En una vitrina de exvotos había un corazón, ojos y una figura femenina:


Esto parece como de la Edad de los metales, pero es del siglo XVIII:


Y esto también es bastante creepy o "creepy no, lo siguiente":

Estos son de niños:




lunes, 16 de septiembre de 2024

María y otros relatos de Marisa Madieri y Domingo de Natalia Ginzburg

Los dos libros son menores, retazos en fase de borrador buena parte de ellos, e interesantes para mí en la medida que reflejan sus obras más conseguidas. 

Tengo un gran recuerdo de Verde agua, de Maria Madieri, que leí hace muchos años, tantos que ni lo menciono en este blog, luego lo leí antes de 2004. Era la mujer de Claudio Magris, del que leí hace muchos años El Danubio, libro al que me gustaría volver, creo; lo he cogido alguna vez, pero la letra tan pequeña me echa para atrás. Es él quien escribe las páginas finales de Maria y otros cuentos, hablando de ella y de su obra: a mí me parece que sería una mujer extraordinaria. Recoge lo que otro decía de ella, que "con su sola presencia, daba espesor a las cosas", que recuerda un poco a lo de la mujer de Delibes

Marisa Madieri murió muy joven, me parece, con un poco más de mi edad, 58 años, y dejó otro libro, El claro del bosque, que no me convence tanto. El que me he leído ahora en realidad son dos fragmentos narrativos inacabados, uno largo, Maria, que iba para novela quizá, bastante prometedora y La caracola, junto a varios relatos breves.

Escribe con sencillez, sin frivolidad, nunca dice nada estúpido ni cursi. Mira con ojos claros, tampoco ingenuos, las cosas y con piedad a las personas, sea un niño huérfano, un anciano chocheante o la Maria de la novela, una mujer a la que define la soledad.

Hay una reseña de Helena Farré que no sé si fue el motivo de que consiguiera este libro que he leído ahora, como un vaso de agua fresca, como un trozo de pan. Luis Daniel González tiene una extensa y profunda reseña que os recomiendo vivamente.

Domingo de Natalia Ginzburg tiene relatos que no me parece que acaben de funcionar. Mucho más interesante es la segunda parte, donde cuenta recuerdos de infancia y de sus años en los Abruzzos. El mejor texto es sobre la búsqueda de una casa en Roma, muy bueno. Era como leer más cosas de Léxico familiar y Nuestros ayeres, que son sus libros que más me gustan.

viernes, 13 de septiembre de 2024

Innsbruck 7 - El Museo de Artes Populares de Tirol 3 - La muerte

Lo más interesante del Museo resultó ser lo que tenía que ver con la muerte, por ejemplo eso tan gore de hacer cuadritos con pelo de difuntos, formando artísticas figuras, como lo que ya vi en el Museo Marés de Barcelona:



Y para dar miedo, esto era increíble:




Una de las cosas más increíbles del Museo era este toallero-Memento mori:

jueves, 12 de septiembre de 2024

Innsbruck 6 - El Museo de Artes populares de Tirol 2 - El pájaro del conocimiento y un teatrillo

De la visita al Museo de Arte Popular del Tirol me llamó la atención lo que llaman el pájaro del autoconocimiento, que es una representación que parece que se debe a un refrán alemán "cógete por la nariz" (Nimm dich selbst bei der Nase), que debe de significar algo así como "Piensa en tus propios errores":


También en esta figurita de madera:


Os ahorro todos los belenes que había. Hasta tenían belenes de Cuaresma e incluso de todo el año litúrgico, una cosa tremenda. Yo, que soy el más antibelenes de los probelenes no es que estuviera dando botes de alegría viéndolo, aunque curioso era. Sí que os pongo una especie de teatrillo diorama sobre la buena y la mala confesión y comunión.

Esta es la buena comunión:

Esta es la mala (por eso el ángel llora):

La mala confesión, con el demonio tapando la boca:

La buena confesión a la izquierda:

miércoles, 11 de septiembre de 2024

Innsbruck 5 - El Museo de Artes populares de Tirol 1 - Stuben

Me gustan los museos de tradiciones populares. El Museo de Artes Populares de Tirol me gustó, tenía muchas cosas en que fijarse y era ilustrativo de cómo se vivía en el Tirol en tiempos más o menos remotos.
Iré contando por partes. Comenzaré con los Stuben, una especie de salas de estar de madera, con una calefacción enorme a un lado. Las había visto ya en Zürich, en el Landesmuseum.

Eran llamativas, como refugios contra el frío sideral que te imaginas que hacía allí:


Esta era la chimenea, decorada con más o menos complejidad, a veces con cerámica:

Esta es la zona de comer:

Y esto me imagino que es una jaula:

Un caballito de madera: