miércoles, 7 de junio de 2023

Un ansia ao lado

Me estaba cortando el pelo y el peluquero me contestó que lo que le había dicho yo, "una preocupación menos", eso que se dice cuando te quitas de encima algo que tenías que hacer pero tardabas en acabarlo, o lo procrastinabas (esa palabra latina que hemos recuperado a través del inglés), él en su casa lo decía con "un ansia ao lado", que es muchísimo más bonito.

Y por seguir con lo enxebre, esta publicidad de R, una empresa en origen gallega, que juega mucho a eso, escribiendo algo así como ¡llévate kiwis, venga!, en boca de un ser querido que quiere dártelos porque ha cosechado un montón (en Galicia los kiwis se dan muy bien):


Juegan con la cosa de que igual que de la aldea puedes salir con kiwis, lo mismito en internet de alta velocidad en cada aldea gallega.

martes, 6 de junio de 2023

La suciedad de la codicia

Estoy leyendo una edición crítica de Camino, el libro de san Josemaría. Me ha llamado la atención este punto que comienza con la avaricia, el 677:
Oro, plata, joyas..., tierra, montones de estiércol. —Goces, placeres sensuales, satisfacción de apetitos..., como una bestia, como un mulo, como un cerdo, como un gallo, como un toro.
Honores, distinciones, títulos..., cosas de aire, hinchazones de soberbia, mentiras, nada.
Fidel Sebastián aquí comenta el estilo ("Sucesión de frases nominales y contrastes de fuerte sabor clásico") y recoge un paralelo del beato Juan de Palafox:
La codicia bien se deja ver que es la raíz de todos los pecados... porque, aunque parece limpieza en su ejercicio y uso, y no tan asquerosa y fea como la sensualidad, pues la codicia trata en plata y en oro, en perlas y diamantes, y en frutos de la tierra, y esto no por manos propias, sino por las ajenas, antes parece que causa autoridad... Es cosa cierta que debajo de esa capa hermosa y dorada se hallan montañas, de estiércol, de víboras y miserias... (Cartas pastorales, 118).


lunes, 5 de junio de 2023

Tirar del hilo

Por fin he leído Tirar del hilo. Todas las historias que me han llevado a Roma, el libro de memorias de Javier Marrodán. Tenía ganas porque a él lo llevo siguiendo años en twitter y guardo muy buen recuerdo de cuando era director de Nuestro Tiempo, pero en la librería donde lo pedí tardaron más de un año en conseguirlo: y llegó justo antes de que saliera la segunda edición. 

Empecé a leerlo un sábado, justo el día en que Javier Marrodán era ordenado sacerdote del Opus Dei en Roma: estas son unas memorias de mediana edad, como Mi vida, de Ratzinger: ante un gran cambio, en su caso cambiar de vida yéndose a Roma para prepararse para el sacerdocio, mira hacia atrás y cuenta. 

Su vida era de periodista: ama el periodismo y se nota. Yo tengo ahora una visión mucho más negativa del periodismo, o quizá de los periódicos, o del pastelelo del entramado mediático con los poderes reales, pero siempre me ha admirado la capacidad que tienen los periodistas para escribir con rapidez y economía de lenguaje, captando lo esencial. Así lo explica él:

Muchas veces me sentaba frente al teclado con el texto ya más o menos estructurado en la cabeza, y escribía de forma compulsiva, sin apenas detenerme, alternando frases cortas y largas, dosificando las citas entrecomilladas, valorando la pertinencia de un adjetivo, buscando incluso cierta musicalidad. (...) Escribir ya era para mí una actividad casi tan esencial, tan frecuente y tan natural como andar o alimentarme. (477)

En el libro va contando de sus reportajes periodísticos: tiene un capítulo muy bueno sobre unas mujeres víctimas del SIDA, otro sobre los Ulayar, la familia de Echarri-Aranaz a la que mataron al padre y trataron luego como apestados, otro -quizá el que me dejó más frío- sobre un viaje a la India y escribe mucho sobre asesinatos de ETA en Navarra, siempre escalofriantes. Se le ve muy a gusto en un periódico local y luego también muy contento como profesor en Periodismo en la Universidad de Navarra. Y de fondo está su amor al monte. Es una alegría leer a un navarro hablar bien de Navarra, porque ahora lo que a mí me llegan de allí son sobre todo bad vibes. Qué mal rollo Navarra ahora mismo, casi peor que Cataluña y el País Vasco, que ya es decir.

Al final del libro habla de su infancia y creo que es su capítulo más logrado, el más feliz y cercano. La explicación de su marcha a Roma para prepararse al sacerdocio está en el último capítulo, muy al punto, donde todo confluye: tirar del hilo es lo que ha hecho Dios con él durante toda su vida y también, le deseamos, a partir de ahora.

jueves, 1 de junio de 2023

Musica clásica en i/y: Strozzi, Debussy y Lully

Barbara Strozzi, Che si può fare:  
Claude Debussy, Dieu! Qu'il La Fait Bon Regarder (Trois Chansons) 
Jean-Baptiste Lully, Ô tranquille sommeil (Persée):

miércoles, 31 de mayo de 2023

Alubias blancas, pintas, caparrones y más

El sábado por la mañana fuimos a un mercado al aire libre en una zona nueva de Burgos que no sé ni cómo se llama. No sé si allí es lo que llaman el G-3 (que debía ser así la cuadrícula en los planos) pero tampoco tengo seguridad: la verdad es que me da igual el nombre de esas calles nuevas.

Es un espacio amplio donde ponen los puestos, con las furgonetas detrás. Allí me enteré de que se está terminando la temporada de puerros, aunque todavía nos dio para comprar algunos y disfrutar el domingo de un pastel de puerros espectacular. Una comida regia, con chuletas de cordero y tarta de galletas.

Yo, para variar, le hice fotos a alubias (por cierto que mi madre también había hecho para la comida del viernes y todavía pude repetir el sábado: extraordinarias):



Al final mi hermana pequeña nos rescató con el coche, porque se puso a llover. Nos quedamos refugiados esperándola en un puesto con toldo, creo que de un señor de Palenzuela, que no se si era el de las alubias o el de al lado.

martes, 30 de mayo de 2023

El embalse de Alba

Nos habían hablado bien del sitio, así que aprovechamos la tarde del sábado para ir desde Burgos a Villafranca Montes de Oca. Hay un embalse y una ermita.

Elegimos ir primero al embalse, pequeño. Bajamos hasta la orilla poco a poco, por una pronunciada pendiente. En partes el camino tenía hoyos y en otras charcos donde se marcaban los relejes.

Nos quedó claro que se nos hizo más larga la bajada que la subida: esta acabó siendo un suspiro, con ser tan empinada y aunque nos íbamos parando cada poco. Había arces:



Pero las estrellas fueron los espinos blancos, puras constelaciones de flores pequeñas. Los pájaros cantaban despepitándose:



Por los bordes del camino íbamos viendo florecillas. Hasta alguna amapola había.




Nos fuimos después a la ermita, que se daba un aire de antigua, siendo bastante reciente lo que se veía de las paredes y tejado, pero es que Villafranca Montes de Oca fue la primera sede episcopal, luego trasladada a Burgos: un pueblo con muchísima historia en el Camino de Santiago.