En noviembre de 2010 me calcinaba con alguna de las cartelas del Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
Estuvo Benedicto XVI en Santiago y lo conté. Me quejaba luego de que elogiase La Sagrada Familia de Barcelona.
Hacía una lista de autores que siempre quiero leer.
Recogía la reacción de san Josemaría, cura joven, a la actitud del Arzobispo de Burgos en plena guerra.
Me dio por presentarme en el blog.
En diciembre me acordaba de cuando fuimos de pequeños a san Cebrián de Buena Madre.
Elogiaba Con el tiempo, de E. G.-M.
Me gustó mucho un poema de Jesús Beades, Meditación sobre la orquesta.
Descubría entonces los Diarios de Iñaki Uriarte.
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