En 1973, mi padre hizo un prólogo a un catálogo de documentos de Castrojeriz*. Y ahí me llevé la sorpresa de encontrarme esto: "gracias a la siempre formidable Diputación".
Mi padre decía mucho "¡formidable!", así que me he llevado la alegría de encontrármelo ahí a él, en ese adjetivo, incluso a pesar de que lo haya aplicado ahí a una Diputación (que ya es aplicar).
Y Enrique en El descubrimiento, un poema de su (¡admirable!) nuevo libro, le da la vuelta a la expresión 'lengua materna' (y la pone en su sitio por fin): qué bien cuando reconoce en su lengua la de su madre (escuchad / a mi madre, que alienta detrás de mis palabras) y cuando anuncia su deseo de estar a la altura, con sus palabras, de las palabras de su madre (si están vivas, son suyas).
Y ahora creo que entreveo por qué me alegró mucho encontrar hace dos semanas el formidable de mi padre; y espero que se vea algo de su entusiasmo por el saber en lo que yo escribo.
*Catálogo de los Fondos Documentales de la Villa de Castrojeriz tomados del Archivo General de los Duques de Medinaceli, en Sevilla. Realizado por Blanca Morell Peguero y Joaquín González Moreno. Prólogo de Angel Ruiz Garrastacho y Lázaro de Castro García, Burgos, 1973
Se ve, mucho, sin duda alguna.
ResponderEliminarY qué bueno "El descubrimiento", a mí también me ha impresionado.
"...que alienta detrás de mis palabras" es emocionante y perfecto.
Lo cierto es que siempre que hablamos, hablamos de lo que hablamos y a la vez de ellos.
Juan José Castillo decía también "¡formidable!" cuando retransmitía partidos de tenis.
ResponderEliminarYo no lo oí nunca pero lo sé porque mi hermano lo imitaba siempre mientras jugábamos partidos de tenis en el patio de casa con una escalera tumbada haciendo de red.
(Por cierto, los puntos formidables eran siempre los suyos).
Sí, es un gran poema. Y supera toda esa retórica de las lenguas y sus poderes míticos, mesméricos e incomunicables y pone el lenguaje en donde le corresponde: en esa línea de familia.
ResponderEliminarGracias, Álex, por el recuerdo de tu 'formidable' de tu hermano.
Formidable, Ángel. Y qué emoción que mi poema encuentre un hueco para explicar esa alegría tuya de encontrarte la expresión de tu padre. A más no podía aspirar. Gracias.
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