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martes, 7 de octubre de 2025

Los castillos en el aire

25 años después, he empezado a releer la biografía en tres volúmenes sobre el Fundador del Opus Dei, de Andrés Vázquez de Prada. En el primero hay muchos textos de los Apuntes íntimos de san Josemaría. Este me llamó la atención por lo grotesco de la descripción, muy realista por lo demás (que ahí le duele). No está fechado, pero debe de ser de los años 30:

Da pena ver cómo preparan los altares y presbiterios, para la celebración de las fiestas. Hoy, en un colegio rico, estaba el retablo lleno de floripondios ridículos, colocados sobre unas graderías de tabla de cajón a medio pintar. El Sagrario habitualmente está de tal modo dispuesto, que es preciso siempre al sacerdote, aunque sea de buena estatura, subirse a un banquillo para abrir, cerrar y tomar al Señor. Las sacras, en equilibrio inestable... Y los sacerdotes, en equilibrio inestable también, porque han de hacer verdaderas piruetas de charleston para no dar con la cabeza en una lámpara de latón dorado feísima, que pende muy baja sobre el presbiterio, o para no dar de narices en el suelo, tropezando con los pliegues y repliegues de la alfombra, adaptada a las gradas del altar, probablemente al ser desechada, por vieja, del salón de alguna de esas beatas, más pintadas que un loro, que vienen ya de mañana hechas un cuadro a recibir en su sepulcro, blanqueado y con churretes de carmín, al Señor de la sencillez, Jesús. ¡Los cánticos!... son tales que se puede hablar de haber asistido a una misa, no cantada.... ibailable!

Y menos mal, si, detrás del retablo, además de una escalera de mala madera sin pintar, por donde a diario pasa Cristo en manos del sacerdote para quedar en Exposición, menos mal si no hay también un montón de cachivaches llenos de polvo, que hacen del lugar santo la trastera del rastro madrileño. Todo esto lo he visto (Apuntes, nn. 458-459).

jueves, 26 de junio de 2025

50 años del fallecimiento de san Josemaría

Hoy se cumplen 50 años del fallecimiento de san Josemaría. Hay mucha información en la página web del Opus Dei. Yo me quedo con este vídeo de minuto y medio, que refleja bien cómo era y qué transmitía:
 

lunes, 19 de mayo de 2025

La alegría como premisa

Me dijeron que estaba muy bien Cuando el amor construye la familia, de María Isabel Alvira, un libro que una hija ha escrito sobre sus padres, pero qué padres: en proceso ambos de beatificación. Me ha gustado: el tono es sencillo, pero bien armado de fondo. Transmite muy bien la santidad en lo cotidiano de ambos, en su vida matrimonial y familiar. Eran del Opus Dei. Tomás, el marido, conoció en plena guerra civil a san Josemaría. Fueron de los primeros supernumerarios del mundo.

Me ha llamado la atención una cita que pone la autora de san John Henry Newman, que trae a propósito del ejemplo de alegría que daba Paquita, su madre:
Dios nos ha prometido que su regla, la que se cumplirá a través de su Providencia ordinaria, va a ser esta: que la vida no será una carga sino una bendición, y que hallaremos en ella más alegría que dolor (Sermones Parroquiales 5.262).
También recoge otra de él, de unas páginas después:
"en general, la vida es felicidad (...). La alegría es la misma condición de nuestro ser, y todo dolor es poco más que externo, incapaz de alcanzar lo más intimo del corazón (266).
La cosa es que me ha alegrado leer la frase: parece como que dice algo sencillo, pero el hecho es que no solemos oír cosas como estas. Hasta podría parecer como que la tristeza o un estado neutro fuese lo normal, cuando no es así.

jueves, 13 de marzo de 2025

Tozudez

San Josemaría contaba en un meditación del 4 de marzo de 1960 esto:

yo recuerdo que una vez estaba dando ejercicios al clero de una ciudad castellana. Hay allí un viejo palacio, y me chocaron las palabras escritas sobre la fachada principal del edificio. Me explicaron que se trataba de una tozudez del prócer dueño del caserón. Desde el palacio, a través de un portillo hecho en la muralla, podía directamente salir de la ciudad. Y el municipio le obligó a cerrarlo. Lo cerró, pero mandó poner sobre aquella ventana de la fachada principal este inscripción: donde una puerta se cierra, otra se abre. ¡Tozudez! ¿Tú y yo somos así para nuestras cosas? Cuando algo no va en esa lucha cotidiana, pues mañana irá! Hijos míos, sed tozudos. Llevad la tozudez al plano sobrenatural.

He buscado una foto y la he encontrado

Es una especie de declaración de no dar el brazo a torcer que a mí me hace gracia, dejar en piedra constancia del derecho al pataleo, porque otra cosa no se puede hacer, al menos ahí. 

Donde una puerta se cierra, otra se abre, ahí lo tenéis, pero en la parte de abajo de la ventana del palacio de los Dávila, en Ávila.

martes, 12 de marzo de 2024

Περίψημα

Leyendo un artículo de Christopher A. Faraone, uno de los grandes estudiosos actuales del griego, sobre un fragmento de Hiponacte, me he enterado de que la palabra para ese ritual por el que se expulsaba a alguien de la comunidad a base de golpes, ese ritual que está en el centro de las teorías de René Girard, podía ser en griego la palabra περίψημα, peripsema. La más conocida es la palabra φαρμακός, el fármaco, aplicada a esa persona que sirve de remedio a los males de la comunidad convirtiéndose en el que carga con todas las culpas. 

Con ello veo de otra manera el pasaje de de san Pablo:

δοκῶ γάρ, ὁ Θεὸς ἡμᾶς τοὺς ἀποστόλους ἐσχάτους ἀπέδειξεν ὡς ἐπιθανατίους, ὅτι θέατρον ἐγενήθημεν τῷ κόσμῳ καὶ ἀγγέλοις καὶ ἀνθρώποις. 10 ἡμεῖς μωροὶ διὰ Χριστόν, ὑμεῖς δὲ φρόνιμοι ἐν Χριστῷ· ἡμεῖς ἀσθενεῖς, ὑμεῖς δὲ ἰσχυροί· ὑμεῖς ἔνδοξοι, ἡμεῖς δὲ ἄτιμοι. 11 ἄχρι τῆς ἄρτι ὥρας καὶ πεινῶμεν καὶ διψῶμεν καὶ γυμνιτεύομεν καὶ κολαφιζόμεθα καὶ ἀστατοῦμεν 12 καὶ κοπιῶμεν ἐργαζόμενοι ταῖς ἰδίαις χερσίν· λοιδορούμενοι εὐλογοῦμεν, διωκόμενοι ἀνεχόμεθα, 13 δυσφημούμενοι παρακαλοῦμεν· ὡς περικαθάρματα τοῦ κόσμου ἐγενήθημεν, πάντων περίψημα ἕως ἄρτι (I Cor. 4.9-13)
Esta es la traducción de la Conferencia Episcopal:
Por lo que veo, a nosotros, los apóstoles, Dios nos coloca los últimos; como condenados a muerte, dados en espectáculo público para ángeles y hombres. Nosotros unos locos por Cristo, vosotros, sensatos en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados; hasta ahora pasamos hambre y sed y falta de ropa; recibimos bofetadas, no tenemos domicilio, nos agotamos trabajando con nuestras propias manos; nos insultan y les deseamos bendiciones; nos persiguen y aguantamos; nos calumnian y respondemos con buenos modos; nos tratan como a la basura del mundo, el desecho de la humanidad; y así hasta el día de hoy.
El deshecho de la humanidad pueden ser esos seres sobre los que los demás cargan las culpas y quieren castigar para librarse ellos de su propio sentimiento de culpa. Cristo fue la víctima inocente y los apóstoles siguieron sus pasos en el martirio. Da un poco de mieditis aplicárselo a uno, pero por ahí hay que ir. San Josemaría lo intuyó en su propia vida y dejó un texto que tiene tintes muy autobiográficos.

lunes, 10 de julio de 2023

Libros decisivos

Esta es una lista -provisional- de libros que comencé a hacer a mediados de 2021, de libros que considero que fueron decisivos en mi vida (también tengo una lista de 100 que me gustan especialmente, donde se me escapó poner a Bloy) y que pongo ahora porque seguro que me acordaré luego de otros que también me cambiaron y así  me sirve de base para ir mejorándola:


Antes de 1982

Siete chicos de Australia, de Ivan Southall

El camino, de Delibes.

Guillermo Brown, de Richmal Crompton.


1982-1985

Camino, de san Josemaría Escrivá.

El Señor de los Anillos, el Silmarillion y Hoja de Niggle, de J. R. R. Tolkien.

Rebelión en la Granja y 1984, de George Orwell.

Un día en la vida de Iván Denísovich, de Solzhenitsyn.


1985-1996

Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh.

Obra completa de Clarín.


1996-2000 

Obra completa de Flannery O'Connor

Léxico familiar, y Todos nuestros ayeres, de Natalia Ginzburg.

Pabellón de cáncer y El primer círculo, de Alexandr Solzhenitsyn.


2000-2022

La República y El banquete de Platón.

La Ilíada y la Odisea de Homero.

La historia de la Guerra del Peloponeso de Tucídides.

Diarios de Léon Bloy.

Grandes esperanzas de Charles Dickens.

Obra completa de san Juan de Ávila y de fray Luis de León.

Obra completa de san John Henry Newman.

Salón de pasos perdidos de Andrés Trapiello.


lunes, 3 de julio de 2023

Nueva edición de Camino

De Camino, de san Josemaría, ya hace años salió una magna edición, crítico-histórica, a cargo de Pedro Rodríguez, extraordinaria, que está ahora en línea. El texto, muy cuidado, estaba contextualizado históricamente y era estudiado sobre todo en su contenido teológico.

Ahora he terminado de leer otra edición, de Fidel Sebastián Mediavilla, en una colección de prestigio literario, del Centro para la Edición de los Clásicos Españoles. En lo teológico-histórico es sensato el editor en seguir la anterior, de la que toma los datos más destacados. Su fuerte está en el estudio léxico, de paralelos literarios y por otro lado en la labor de fijación del texto, que mejora en unos cuantos pasajes. Pondré dos ejemplos:

-Sobre paralelos literarios, a la frase "lleno de vacío" del punto 17 le encuentra un paralelo en Gracián: "Donde quiera que se volvían topaban, o locos o mentecatos, todo el mundo lleno de vacío".

-Sobre la fijación del texto, es curioso un caso: " (...) el premio? Corred de tal manera que le ganéis" (318). Hasta la muerte de san Josemaría el leísmo se mantenía en las ediciones que aparecieron, pero después lo cambiaron y el editor ahora ha recuperado el texto original, con su leísmo.

lunes, 26 de junio de 2023

Fiesta de san Josemaría

Es 26 de junio, fiesta de san Josemaría. Hoy tendremos una Misa en san Martín Pinario con el nuevo Arzobispo de Santiago, a las 8 de la tarde. Yo, que estoy acabando la lectura de la nueva edición crítica de Camino, os pongo un punto, el 837, que por supuesto conocía, pero que me ha vuelto a llamar la atención, también por el estilo, la originalidad de los signos de puntuación y lo que eso supone en el ritmo que tiene:

¡Galopar, galopar!... ¡Hacer, hacer!... Fiebre, locura de moverse... Maravillosos edificios materiales...
Espiritualmente: tablas de cajón, percalinas, cartones repintados... ¡galopar!, ¡hacer! —Y mucha gente corriendo: ir y venir.
Es que trabajan con vistas al momento de ahora: "están" siempre "en presente". —Tú... has de ver las cosas con ojos de eternidad, "teniendo en presente" el final y el pasado...
Quietud. —Paz. —Vida intensa dentro de ti. Sin galopar, sin la locura de cambiar de sitio, desde el lugar que en la vida te corresponde, como una poderosa máquina de electricidad espiritual, ¡a cuántos darás luz y energía!..., sin perder tu vigor y tu luz.

martes, 6 de junio de 2023

La suciedad de la codicia

Estoy leyendo una edición crítica de Camino, el libro de san Josemaría. Me ha llamado la atención este punto que comienza con la avaricia, el 677:
Oro, plata, joyas..., tierra, montones de estiércol. —Goces, placeres sensuales, satisfacción de apetitos..., como una bestia, como un mulo, como un cerdo, como un gallo, como un toro.
Honores, distinciones, títulos..., cosas de aire, hinchazones de soberbia, mentiras, nada.
Fidel Sebastián aquí comenta el estilo ("Sucesión de frases nominales y contrastes de fuerte sabor clásico") y recoge un paralelo del beato Juan de Palafox:
La codicia bien se deja ver que es la raíz de todos los pecados... porque, aunque parece limpieza en su ejercicio y uso, y no tan asquerosa y fea como la sensualidad, pues la codicia trata en plata y en oro, en perlas y diamantes, y en frutos de la tierra, y esto no por manos propias, sino por las ajenas, antes parece que causa autoridad... Es cosa cierta que debajo de esa capa hermosa y dorada se hallan montañas, de estiércol, de víboras y miserias... (Cartas pastorales, 118).


miércoles, 1 de marzo de 2023

Ad Missam

Estuve buscando un poema de José Miguel Ibáñez Langlois que había puesto aquí hace bastantes años y me encontré con este otro que también conocía, pero que me volvió a impresionar
Ad Missam
Con un Lienzo me cubro la cabeza, con polvo
y ceniza, con la profunda noche. La luna
se eleva en las montañas del valle de Josafat.
Una blanca Mortaja me ciñe ahora el cuerpo
mientras san Juan enciende los cirios. El infierno
vela en la faz de Dios el sudor de su sangre.
Las antorchas judías se acercan en la noche.
El Cíngulo en mis lomos: por los eternos siglos
empujan de esta soga los hijos de Israel.
En mi cuello la Estola. Estoy triste hasta la muerte.
Padre, si puede ser que este cáliz se aparte
sin que rueden los mundos en tus manos. Por fin
viene el Manto sagrado. Yo caigo de rodillas.
Jesús el miserable está en manos del cielo
con su oscuro terror. La misa ha comenzado.
El modelo es el de las oraciones que el sacerdote puede rezar mientras se reviste (aquí las tenéis), de ahí el título: Ad Missam, que es [preparación] "para la Misa". Pero la Misa es literalmente la Pasión de Cristo y el sacerdote, revestido con esas vestiduras, es Cristo que va a morir en la Cruz.

El poema empieza con el amito, un paño cuadrado que se pone primero sobre la cabeza, tapándola, antes de bajarlo a los hombros y recogerlo alrededor del cuello. 
Luego se pone el alba, esa vestidura blanca que es aquí una mortaja. 
El cíngulo, el cinto de cuerda, sirve aquí para que arrastren a Jesús.
La estola es esa tira alrededor del cuello, que en este poema representa el cargarse con la tristeza. 
La casulla es ese manto sagrado, la solemnidad de lo que va a pasar. 

Así revestido, Cristo va a morir en la Cruz en la Santa Misa.

Es un poema impresionante y espero que no penséis que se refiere solamente a los curas. Os recuerdo un pasaje de san Pablo (Rom. 13.14): induimini Dominum Iesum Christum, vestíos de Jesucristo y os remito a un punto de Camino de san Josemaría, donde en concreto lo relaciona con el sacramento de la penitencia y a otro de Forja, donde habla más en general, pero luego concreta ese vestirse en la oración.

lunes, 17 de octubre de 2022

Ser como marionetas

Me leí Las Leyes de Platón este verano, porque el hecho es que no me las había leído. Y la realidad de verdad es que es un libro bastante árido, salvo si eres muy amante del derecho: es como leer el código de derecho civil y a la vez el de derecho penal, junto a un manual de derecho constitucional y mucho de derecho administrativo (tan aburrido llegar a ser en algunos pasajes). 

Hay poco en Las Leyes para los que buscamos lo "literario", ya sean imágenes, escenografía o alegorías; todo se lo habla un personaje ateniense, que recibe contestaciones breves de otros dos, un cretense y un espartano, sin que haya prácticamente conversación.

Sí que me llamó la atención la mención frecuente de los títeres. Una vez los cita como diversión para niños (658c). Pero antes (644 d-e), hablando del placer y el dolor en el hombre y de la esperanza y el miedo, dice que en eso somos como títeres de los dioses; ellos tiran de esas cuerdas que están en nosotros, con las que mueven esas aspiraciones nuestras.

Más adelante dice: 

el hombre no es más que un juguete inventado por la divinidad, y aun eso es lo mejor que hay en él; y, por tanto, es preciso aceptar esa misión y que todo hombre o mujer pasen su vida jugando a los juegos más hermosos que puedan ser (803c). 

El hombre sería así como el ser que juega, y en ello sería como hacen los dioses con el hombre. Y vuelve a continuación a ello:

es preciso que cada uno pase en paz la mayor y mejor parte de su vida. ¿Cuál será, pues, la rectitud en esto? Hay que vivir jugando a ciertos juegos determinados, es decir, sacrificando, cantando y danzando de modo que a uno le sea posible, de una parte, propiciarse el favor de los dioses, y de otra, defenderse contra los enemigos y vencerles en combate (803e).

En 804b repite: 

quienes no siendo por regla general más que unos títeres, participan algunas vez en pequeño grado de la verdad.

La imagen de los títeres podría entenderse como expresión de una fundamental falta de libertad respecto a los dioses, pero las menciones que hace del hombre como títere nunca lo muestran como sin libertad: hay algo que puede hacer este, jugar, ser consciente de que está haciendo eso la divinidad con él.

Claro, lo que recuerdo aquí es algo de san Josemaría

El Señor, que juega con las almas como un padre con sus niños pequeños –“ludens coram eo omni tempore, ludens in orbe terrarum"; jugando en todo tiempo, jugando por el orbe de la tierra- (...)

Pero claro, el contexto es completamente distinto, porque la libertad del hombre es crucial, aunque también es fundamental lo que hace Dios. 

También recuerdo en esto a Chesterton, citado por Evelyn Waugh, el famoso tirón del hilo (twitch upon the thread), Ahí habla de Dios como un pescador  que nos tiene agarrados de un hilo, con la caña, y tira cuando quiere de ella. Un comentario reciente de Joseph Pearce a Retorno a Brideshead comenta el pasaje muy bien.

Sobre la cuestión de las marionetas en la Grecia Antigua hay un artículo de Aurelio Fernández, al que os remito.

jueves, 23 de junio de 2022

Sin ti se nos hace de noche

En una de las Cartas programáticas que escribió san Josemaría está esta descripción de Emaús:
Nos basta recordar un maravilloso pasaje, después de la Resurrección: el Señor se une en el camino a aquellos discípulos que están tristes y titubeantes en la fe y, cuando les ha abierto el sentido de las Escrituras, llegados a Emaús, hace como que se va. Cleofás y su compañero, con un modo de decir que tiene un no sé qué lleno de ternura divina y humana, le ruegan: mane nobiscum, quoniam advesperascit, et inclinata est iam dies (Lc 24.29); quédate con nosotros, porque sin ti se nos hace de noche (Carta nº 6, 10f, p. 67))

Yo he puesto en negrita lo que más me llama la atención, pero es la paráfrasis final la que me gusta más, porque recoge el quédate con nosotros y lo pone sobre que se hace de noche y el día está ya de caída en una síntesis que tiene un aire de oración muy propia de san Josemaría.



miércoles, 24 de noviembre de 2021

De san Juan de Ávila a san Josemaría

Tenía apuntadas algunas citas más de san Juan de Ávila de entre las que pudieron influir en san Josemaría. Yo ya le había pasado algunas a don Pedro Rodríguez, el autor de la edición crítica de Camino

Ahora habría que añadir a una muy parecida que él cita estas estas dos sobre el orgullo de ser hijos de Dios:
Este es el Padre cuidadoso de huérfanos, que los viste con la virtud de lo alto (Sal. 67,6; cf. Lc. 24, 49), y los abriga debajo de su manto, y los hace entender que tienen Padre en el cielo, y que lo llaman osada y no soberbiamente Padre (4.190.44-5).

[A una doncella] Tened una santa soberbia, como santa Inés, para despreciar el mundo entero por amor de Jesucristo bendito (4.462.18).
---

Esta otra es muy típica de san Josemaría (por ejemplo en Surco y en Forja, aunque el texto más antiguo es una oración al Espíritu Santo de 1934), pero los dos pueden estar remitiéndose directamente al salmo (76.11):
[Luchar continuamente] y saliendo de una guerra, entrar en otra, y decir cada día: Agora comienzo (4.403.10). 
---

Y esta no tiene nada que ver, pero me gustó lo de la melcochuela:
Éstos [los sensuales que creen que son espirituales] son muy parecidos al niño, que si llora, danle una melcochuela, y en tanto que la come, calla, y acabada, llora. 
Busqué en el diccionario de la RAE y dice esto sobre la melcochuela:
De miel y cocha, 1. f. Miel que, estando muy concentrada y caliente, se echa en agua fría, y sobándola después, queda muy correosa (4.614.229-30).

martes, 2 de noviembre de 2021

Jesús como juez y como Jesús

Un amigo me habló de un pasaje de Peguy, de El padrenuestro:

Y ahora así es como veo Yo a los hombres, dice Dios,
después de ese invento de mi Hijo, el "Padre nuestro".
Y así es como tendré que juzgarles ahora.
¿Pero cómo querrán que les juzgue Yo ahora después de eso?
"Padre nuestro que estás en los cielos".
¡Bien sabía mi Hijo Jesús lo que había que hacer para
atar los brazos de mi justicia y desatar los de mi misericordia!
Así que ya no tengo más remedio que juzgar a los
hombres como juzga un padre a sus hijos,
y... ya se sabe cómo juzgan los padres:
ya hay un ejemplo bien conocido de cómo juzgó un
padre al hijo pródigo que se marchó de casa y luego volvió:
el padre era el que más lloraba.
Fijaos lo que ha ido a contarles mi Hijo a los hombres.
En realidad les ha revelado el secreto mismo de Dios,
el secreto mismo del juicio".

Yo me acordé de esto de san Josemaría en Camino, algo que le dijo el Obispo de Ávila, don Santos Moro: 

«Me hizo gracia que hable usted de la ‘cuenta’ que le pedirá Nuestro Señor. No, para ustedes no será Juez —en el sentido austero de la palabra— sino simplemente Jesús». —Esta frase, escrita por un Obispo santo, que ha consolado más de un corazón atribulado, bien puede consolar el tuyo (168).

Así lo contaba antes en una carta san Josemaría: 

¡Qué cosas más hermosas me ha escrito ese bendito Señor Obispo, que, hasta en el nombre, tiene la santidad en plural! ¿Pues, no me dice que el Señor, cuando nos pida a nosotros la cuenta, no será «juez», sino «Jesús»?.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Nietas de viuda bizca

San Josemaría podía ser muy gracioso y muy irónico. Solía evitarlo en sus escritos, pero aquí supongo que quería resaltar de verdad que él no quería haber sido fundador de nada, algo que a la gente le suele costar creer. Es de una carta de las llamadas fundacionales, documentos con forma de carta que se están empezando a publicar ahora. Esto es de la carta 3:

Tal es mi horror a todo lo que suponga ambición humana, aunque irreprochable, que si Dios en su misericordia se ha querido servir de mí, que soy un pecador, para la fundación de la Obra, ha sido a pesar mío. Sabéis qué aversión he tenido siempre a ese empeño de algunos —cuando no está basado en razones muy sobrenaturales, que la Iglesia juzga— por hacer nuevas fundaciones. Me parecía —y me sigue pareciendo— que sobraban fundaciones y fundadores: veía el peligro de una especie de psicosis de fundación, que llevaba a crear cosas innecesarias por motivos que consideraba ridículos. Pensaba, quizá con falta de caridad, que en alguna ocasión el motivo era lo de menos: lo esencial era crear algo nuevo y llamarse fundador. 

Así se multiplicaban las obras, con nombres y finalidades que aparentemente nacían —atomizando las tareas apostólicas y mudando frecuentemente sus fines— de ese querer ser cabeza de ratón: y me divertía no poco —he de confesarlo, y pido perdón a Dios, si con eso le ofendí— diciendo para mis adentros, al considerar las finalidades concretas, diminutas, que daban origen a vestimentas chocantes y a familias religiosas iguales a otras muchas que ya existían, puesto que se diferenciaban solamente en el color del hábito, o en el cordón o en la correa ceñida a la cintura: Fundación del Padre Fulano, de hijas de Santa Emerenciana de Tal, para las nietas de viuda bizca, que tengan el pelo rubio (84b).

viernes, 26 de marzo de 2021

Dilectio

Voy a estar unos días fuera, os dejo esto, San Juan de Ávila comentando el famoso texto :

Dice san Juan: Deus caritas est (1 Jn 4.16). Y el griego dice: hoc est dilectio, Dios es amor. ¿Pues quién podrá dejar de amar al que esencialmente es amor? ¿Quién no amará a Dios, que le ama? [Pláticas 16 OC 1.892-3.10].

Y san Josemaría sobre dilectio también:

¿De qué amor se trata? La Sagrada Escritura habla de dilectio, para que se entienda bien que no se refiere sólo al afecto sensible. Expresa más bien una determinación firme de la voluntad. Dilectio deriva de electio, de elegir. Yo añadiría que amar en cristiano significa querer querer, decidirse en Cristo a buscar el bien de las almas sin discriminación de ningún género, logrando para ellas, antes que nada, lo mejor: que conozcan a Cristo, que se enamoren de Él (Amigos de Dios 231).
Ninguno de los dos llega al texto griego, por más que san Juan de Ávila se remita a él y acabe, como san Josemaría, en la palabra dilectio. San Juan de Ávila se centra en que amar es amar al que es amor y san Josemaría que eso es libre, querer, y es doblemente libre: querer querer. 

jueves, 11 de febrero de 2021

Datos de la Cronología

Están saliendo libros de apariencia áspera, pero rigurosos, sobre historia del Opus Dei. Es el caso de una Cronología de José María Escrivá y Albás que aspira a ajustar todos los datos de la vida de su fundador entre 1927 y 1936 (él tenía entonces entre 25 y 34 años).

En 1931 sufre varios episodios molestos, que reflejan la situación anticlerical que había, en concreto insultos: unos obreros, un albañil, hasta niños. Hay otros datos de niños que le dan balonazos (y eso pasa varias veces). También hay testimonio de una discusión que tuvo en un tranvía con varios pasajeros, por la disolución de la Compañía de Jesús en 1932.

El episodio que más me sorprendió de su vida es que echó una vez 3 pesetas a la lotería y para colmo le tocó un premio de 50. Mal no le vendría, porque estaba con tremendas dificultades económicas.

En diciembre de 1931 introduce la costumbre de cantar la Salve los sábados.

Me hizo gracia ver que fuera Clara Campoamor en 1934 quien aprobó (era directora general de beneficencia) que pudiera usar una vivienda como capellán interino de las agustinas recoletas de santa Isabel.

En marzo de 1934 se cortó el pelo al rape, por mortificación. No le pega nada, pero se ve que estaba haciendo pruebas, tanteando el camino que Dios le había preparado por delante.

jueves, 24 de diciembre de 2020

Está implorando que le queramos

Os quiero desear a todos una muy feliz Navidad: 

¿No os conmueve contemplar a Jesucristo recién nacido, inerme, necesitado de nuestra protección y ayuda? ¿No os dais cuenta de que está implorando que le queramos? Estos pensamientos no son ilusiones bobas, (...) le agradecemos que haya decidido tomar nuestra carne, asumirla. Dios no se ha vestido de hombre: se ha encarnado. «Perfectus Deus, perfectus Homo!»

*Esto es de san Josemaría, de la Navidad de 1972 (está en «Tiempo de acción de gracias» En diálogo con el Señor: Textos de la predicación oral, Madrid, Rialp, 2017, p. 367).

miércoles, 23 de diciembre de 2020

El miedo al dolor y la eutanasia

Leí el sábado esto de san Josemaría y claro que me acordé del debate de la eutanasia, donde me parece que está de fondo el miedo cerval al dolor. Espero que os sirva para darle vueltas estas Navidades:

El alma, hijos, ha sido creada para la eternidad. Aquí estamos sólo de paso. No os hagáis ilusiones: el dolor será un compañero inseparable de viaje. Quien se empeñe únicamente en no sufrir, fracasará; y quizá no obtenga otro resultado que agudizar la amargura propia y la ajena. A nadie le gusta que la gente sufra, y es un deber de caridad esforzarse lo posible por aliviar los males del prójimo. Pero el cristiano ha de tener también el atrevimiento de afirmar que el dolor es una fuente de bendiciones, de bien, de fortaleza; que es prueba del amor de Dios; que es fuego, que nos purifica y prepara para la felicidad eterna. ¿No es ésa la señal que, para encontrar a Jesús, nos ha indicado el Ángel?: «Sírvaos de seña, que hallaréis al niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre». 

*De la Navidad de 1972: «Tiempo de acción de gracias», En diálogo con el Señor: Textos de la predicación oral, Madrid, Rialp, 2017, p. 365.

Sobre la eutanasia yo ya puse aquí hace doce años polémicas orquestadas por los de siempre sobre los cuidados paliativos, hace diez años una entrevista a un médico de cuidados paliativos que perdió una niña y de hace dos, un testimonio impresionante de una persona enferma.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Ser uno el chivo expiatorio

Señal de vida interior , del 10.02.1963, es una meditación* de san Josemaría en la que, partiendo de algo natural, el "prejuicio profesional" que lleva por ejemplo al sastre a fijarse sin querer en cómo viste la gente, anima a tener el "prejuicio psicológico de pensar siempre en los demás". Ahí añade un testimonio personal tremendo:

Después de mi muerte, podéis romper el silencio que vengo guardando desde hace tanto tiempo, y gritar, gritar. He tenido que callar por años y años. Entre mis papeles encontraréis muchas exhortaciones a la prudencia, al silencio, a vencer las dificultades con la oración y la mortificación, con la humildad, con el trabajo y los hechos, y no sólo con la lengua. Había una cosa que me impedía hablar, que me llevaba a callar, y que tiene relación con todo el preámbulo que he venido haciendo. Yo tenía —no es cosa mía, es gracia de Dios Nuestro Señor— la psicología del que no se encuentra nunca solo, ni humana ni sobrenaturalmente solo. Tenía un gran compromiso divino y humano. Y quisiera que vosotros participaseis también de este gran compromiso que persiste y persistirá siempre.
No me he encontrado nunca solo. Esto me ha hecho callar ante cosas objetivamente intolerables: ¡hubiera podido producir un buen escándalo! Era muy fácil, muy fácil... Pero no, he preferido callar, he preferido ser yo personalmente el escándalo, porque pensaba en los demás.

*Está en En diálogo con el Señor. Textos de la predicación oral, ed. L. Cano y F. Castells, Madrid, Rialp, 2017, 185.