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lunes, 13 de junio de 2022

Sobre Milman Parry

Me he leído Hearing Homer's Song. The Brief Life and Big idea of Milman Parry, de Robert Kanigel. Me ha gustado, es una biografía del estudioso de Homero más influyente del siglo XX, aunque murió muy joven. Tuvo la intuición de que la poesía homérica provenía de una tradición muy anterior, como se ve ya en su tesina de veinteañero en Berkeley.
Entre medias, hizo la tesis en París, sobre el epíteto tradicional en Homero, con la que tuvieron que ver los mejores profesores franceses del momento (Meillet, Vendryes, Puech, Bérard).  En el acto de defensa de esa tesis coincidió que estaba presente Matija Murko, estudioso de épica yugoslava.
A Parry lo ficharon en Harvard y allí se puso a estudiar serbio. En 1931 le decía a su hermana que iba a ir a Serbia "to find the explanation of the Iliad and the Odyssey" (157).
A Yugoslavia acabó yendo, a grabar a cantores analfabetos por Bosnia, Croacia, Serbia, reuniendo un impresionante material de poemas a veces muy largos (el mayor, casi como la Odisea, 13.000 versos), con elementos de comparación muy interesantes con Homero.
Lo más triste es que el mismo año de su vuelta de Yugoslavia, en 1935, en un hotel de Los Ángeles, se le disparó una pistola accidentalmente (esta es la versión más piadosa) y murió con 33 años, sin haber podido sacar partido a todo el material que se había traído. Por suerte, a ese material le sacó partido su discípulo y colaborador Albert Lord.
Yo no soy muy de la teoría oral-formularia de Parry-Lord, aunque la tengo en cuenta como trasfondo de base, pero no me vale sola, porque no explica la grandeza de Homero: falta alguien, al que podemos llamar Homero o X, que le dio la forma definitiva a esos poemas, la clave que los hace grandiosos. De todos, le agradezco a Parry que iluminara los procedimientos de creación poética oral, tan valiosos para tener un marco conceptual en la literatura griega arcaica.

jueves, 23 de septiembre de 2021

Otra vez Homero 2

Sigo leyendo la versión de Fernando Gutiérrez de la Ilíada. En el canto IX me encontré esto:

Y cada uno tenía a su mando a cien jóvenes hombres
y cada uno tenía en su mano la larga azagaya.
Y después, entre el muro y el foso, sentáronse todos
y encendieron el fuego y después prepararon la cena (9.85-88)
Y pensé si vendría de aquí el título de aquel libro de Julio Martínez Mesanza, Entre el muro y el foso.

El poema de Mesanza que da título al libro empieza así: 
Entre el muro y el foso, largas noches.
Negras noches de guardia junto a nadie.
El muro, la ansiedad y el negro foso
que no puedo mirar y el cielo negro.
Me gusta también mucho como recoge Gutiérrez el amargo discurso de Aquiles, que se queja de ser maltratado respecto a sus méritos (es un liberal de libro). El verso final es muy bueno, aunque la verdad es que me gustan todos:
Igual parte consigue el que queda en su tienda o quien lucha,
y en idéntica estima es tenido el cobarde y el bravo
y de análoga forma se muere el activo y el vago.
No he ganado ventaja ninguna con tantas fatigas,
exponiendo a diario mi vida en el cruento combate.
Como el ave a sus hijos implumes les lleva comida,
la que pudo encontrar padeciendo penosos trabajos,
así yo me pasé sin dormir largas noches sin cuento
y entregado a la cruenta batalla los días enteros
peleando contra hombres que por sus esposas luchaban (9.318-327).

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Otra vez, Homero 1

La traducción de Fernando Gutiérrez me la he cogido para leer este curso la Ilíada con los alumnos. Tenía mucha curiosidad y es que es la favorita nada menos que de Eloy Sánchez Rosillo y de Andrés Trapiello. Cuenta este en La fuente del encanto que Sánchez Rosillo comentaba en sus clases de Literatura Española la Ilíada y la Odisea, usando la traducción de Fernando Gutiérrez. Dice Andrés Trapiello que seguía:

la traducción de Fernando Gutiérrez (que él me descubrió, otro monumento y la única en la que, después de haberla leído ahí, quiere uno leer a Homero). Explicaba Sánchez Rosillo a los que le objetaban esa manera tan laxa de entender su asignatura, que literatura española era toda aquella que leemos en español, original o traducida de otras lenguas, y que comentando a Homero (y no a la mayoría de los poetas españoles que figuraban en el temario oficial) ponía al alcance de sus alumnos dos obras que son la llave para conocer la poesía que vendría después. Comparto su opinión enteramente, porque debemos lo que somos tanto a los que hemos leído en nuestra lengua como a lo que hemos leído traducido de otras. La poesía es un idioma universal escrito en lenguas diferentes, lo que tiene de verdad y de belleza es indestructible; no puede con ello ni la traducción más torpe, a poco concienzuda que sea. El Horacio de fray Luis se parece tanto a Horacio como los poetas chinos de Marcela de Juan a los originales chinos. Y sin embargo la poesía sigue en ellos, como una brasa incandescente, inextinguible (147).

Yo, de la traducción de Fernando Gutiérrez empecé leyendo el canto VI, el del encuentro de Héctor y Andrómaca. Me volví a emocionar cuando Héctor abraza su hijo, una vez que se ha quitado el casco que tanto había asustado al niño:

A su hijo querido besó y acunó entre sus brazos,
y rogó de este modo a Zeus padre y a todos los dioses:
-Zeus y todos los dioses, hacedme que sea mi hijo
como yo, y se distinga entre todos los hombres troyanos,
e igualmente esforzado y que reine de Ilión soberano.
Que de él digan: "Es aún mucho más valeroso que su padre",
al volver de la guerra con cruentos despojos de un héroe
abatido por él, y dé al pecho materno alegría.
Dijo, y al niño puso en los brazos de su esposa amada,
y ella aún, al llevarlo esta vez a su seno aromado,
sonreía y lloraba. Y sintió compasión el marido:
con la mano le hizo caricias nombrándola y dijo:
-¡Desdichada! (...)

Lo que le dice a ella es muy bonito también, pero no quiero alargar el texto más. Aquí está lo del llorar entre lágrimas de Andrómaca, el orgullo prospectivo del padre ante los futuros logros de su hijo. Todo esto es más emocionante todavía porque sabemos que Héctor va a morir, que Andrómaca será convertida en esclava y que el niño morirá despeñado desde las murallas.

lunes, 8 de febrero de 2021

Cómo contratar para arar

Cuando estaba con las clases de literatura, me llamó la atención este pasaje de Trabajos y días de Hesíodo (435-444). Es el tipo de literatura que ahora me gusta, muy pegada al terreno, muy concreta: la dureza del laurel para hacer el timón (ἱστοβοεύς), que tiene que ser de encina la reja (ἔλυμα) y de carrasca el dental (γύης), en lo que West considera una enumeración ascendente (priamel) de las piezas del arado. A la vez cuestiones prácticas del trabajo del campo como el grado de madurez del trabajador, al que admira todo el mundo porque es riguroso en la atención a lo que tiene que hacer y no depende de la aprobación de los demás, como los jóvenes:

(de la edición de West, p. 266)


δάφνης δ᾽ ἢ πτελέης ἀκιώτατοι ἱστοβοῆες,
δρυὸς ἔλυμα, γύης πρίνου· βόε δ᾽ ἐνναετήρω
ἄρσενε κεκτῆσθαι, τῶν γὰρ σθένος οὐκ ἀλαπαδνόν,
ἥβης μέτρον ἔχοντε· τὼ ἐργάζεσθαι ἀρίστω.
οὐκ ἂν τώ γ᾽ ἐρίσαντε ἐν αὔλακι κὰμ μὲν ἄροτρον
ἄξειαν, τὸ δὲ ἔργον ἐτώσιον αὖθι λίποιεν.
τοῖς δ᾽ ἅμα τεσσαρακονταετὴς αἰζηὸς ἕποιτο
ἄρτον δειπνήσας τετράτρυφον, ὀκτάβλωμον,
ὃς ἔργου μελετῶν ἰθεῖάν κ᾽ αὔλακ᾽ ἐλαύνοι,
μηκέτι παπταίνων μεθ᾽ ὁμήλικας, ἀλλ᾽ ἐπὶ ἔργῳ
θυμὸν ἔχων· τοῦ δ᾽ οὔτι νεώτερος ἄλλος ἀμείνων
σπέρματα δάσσασθαι καὶ ἐπισπορίην ἀλέασθαι.
κουρότερος γὰρ ἀνὴρ μεθ᾽ ὁμήλικας ἐπτοίηται.

de laurel o de olmo los timones menos susceptibles a la carcoma,
de roble la reja, el dental de encina; dos bueyes de nueve años
machos comprar, pues su fuerza no decae,
en el punto de la edad: una pareja, lo mejor para laborar.
Y así ni ambos peleándose en el surco el arado
lo desviarán ni el trabajo lo dejarán sin hacer, además.
A ellos un hombre de cuarenta años, robusto, los siga
tras haber comido pan de cuatro piezas y ocho partes,
y atento al trabajo trace recto el surco,
sin estar pendiente de sus amigos, sino en el trabajo
el ánimo teniendo; ningún otro más joven mejor que éste
en echar las semillas y la resiembra evitarse.
Pues un varón más joven, con los de su edad se despista.

a

martes, 17 de noviembre de 2020

Hesíodo en tres días

Para Hesíodo tenemos solamente tres días de clase. Hoy le he dado unos pases rápidos a la Teogonía, soltando datos, valoraciones y citas a toda velocidad, cuando lo que me apetecía era dedicarle un curso entero. Pero, como dice en el verso 369, después de haber recitado una hermosa lista de nombres de diosas Oceánides: 

τῶν ὄνομ᾽ ἀργαλέον πάντων βροτὸν ἀνέρ᾽ ἐνισπεῖν, 

de estas el nombre, doloroso, de todas, un mortal varón decirlo.

O más en orden y con más sentido:

el nombre de estas es costoso para un mortal decirlo.

Pero unos cuantos nombres sí que acababa de poner, que yo traduje hace años muy a lo bestia, a ver si conseguía no perder del todo cómo sonaba.

martes, 10 de noviembre de 2020

Pruritos de inmortalidad

Pregunté en un examen por «la inmortalidad de los héroes en la Ilíada». Mi sorpresa fue descubrir que muchos alumnos a lo más que llegaban era a hablar de la invulnerabilidad (que en realidad no existe, tampoco para Aquiles) o de la protección de los dioses a héroes concretos en un lance de la batalla. Pero más allá de la muerte, ninguno de mis alumnos hacía la más mínima incursión. Y mira que les había dicho que la clave, me parecía, de todo el poema era que Aquiles, aunque hijo de una diosa, no podía alcanzar el status divino de inmortalidad, sino a lo más, la de la fama, que como se ve en el canto XI de la Odisea, es bien poca cosa, al menos si lo miras desde el Hades, por muy rey de los muertos que seas: Aquiles preferiría ser esclavo de un labrador pobre que eso. Así que su condición es la humana, de sufrir su condición mortal («La vejez y la muerte, que son la heredad de los hombres» Od. 13.60).

Me sorprendió todo esto porque para muchos de mis alumnos preguntar por la inmortalidad debe de parecerles como preguntar por la importancia del triángulo de las Bermudas o la posibilidad de vida animal en Marte: cuestiones banales que cualquier persona sensata ni se plantea. 

Unamuno y yo debemos de ser unos raros, con tanto darle vueltas a lo que habrá después, a una vida prometida de plenitud. El «para siempre», para siempre» de santa Teresa, pura alucinación.

jueves, 7 de febrero de 2019

Ni se puede dar nombre al amor a la patria

Aquí se acordaban de estos versos de Las Fenicias de Eurípides
ΙΟΚΑΣΤΗ ἡ πατρίς, ὡς ἔοικε, φίλτατον βροτοῖς.
ΠΟΛΥΝΕΙΚΗΣ οὐδ᾿ ὀνομάσαι δύναι᾿ ἂν ὡς ἐστὶν φίλον (406-7).
Una traducción mía:
YOCASTA: La patria, según parece, es lo más querido a los mortales.
POLINICES: Las palabras no te servirían para explicar cómo es de querida.
Hablan una madre, Yocasta y su hijo, Polinices, es decir, que se refieren a algo más allá de los amores básicos, en la familia. Hay una figura presente pero implícita, que es el padre, Edipo. Además, esto lo dice Polinices, que tuvo que huir y ha conseguido entrar de vuelta a Tebas gracias a la mediación de su madre, que quiere evitar una guerra entre él y el rey de Tebas, su hermano Polinices.

Es complicado lo de amar a la patria, pero es un amor de verdad. Lo vemos (y lo padecemos) aquí ahora, cuando la vemos arrastrada por los suelos.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Brekekekex koax koax


[Una postal de fútbol de Yale, con los cánticos de los hinchas, pero hinchas leídos: mirad cómo surgió el Long Cheer]

Hoy doy la última clase de Literatura Griega I, sobre Las Ranas de Aristófanes. El título viene del coro, que está junto la laguna Estigia, por donde pasa Dioniso en su camino al Hades, a traerse a Esquilo o a Euripides, a ver si ayudan a arreglar Atenas. Cantan esa hipnótica frase:
βρεκεκεκέξ κοάξ κοάξ
brekekekéx koáx koax
He mirado la edición con comentario de sir Kenneth Dover y le dedica un estudio tan sesudo que hasta parece de broma.

Primero dice que por el sonido ha de ser la rana de pantano (Marsh frog) o, para quitarnos de dudas Rana ridibunda (aunque en la wikipedia reenvían a Pelophylax ridibundus: qué complicado todo). Juzgaz por vosotros mismos:



En esa representación del sonido a Dover le choca la terminación con equis al final. Piensa en una convención griega, basándose en estos argumentos:
1. -τοροτίξ -λιλιλίξ en sonidos de aves (cf. Av. 260: τοροτοροτοροτοροτίξ, 262: τοροτοροτοροτορολιλιλίξ). En cambio, en los libros de aves modernos los sonidos pueden terminar en -nk, pero no en -nx o -k.
2. παππάξ para tirarse pedos (cf. Nu. 390).
3. -exclamaciones en -άξ (cf. Ra. 63).

También el br- del principio. Piensa que se debe a que aparece en muchas palabras griegas que se refieren a la producción de sonido, por ejemplo βρέμειν, βρυχᾶσθαι, βρωμάσθαι, incluso en la palabra infantil para pedir de beber βρῦ (Nu. 1382), aunque es muy difícil para niños pronunciar un grupo consonántico así.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Alabar lo grande, tener lo pequeño

Siento que no he toreado hoy la Teogonía de Hesíodo como quería y la obra se merecía. Me había puesto un tope de dos clases y el hecho es que me aturullé por querer dar cuenta de tantos nombres y tantas conexiones. Como siempre, es mejor querer abarcar menos.
Hoy toca los Trabajos y los días (ya puse aquí algunas notas que tomé la última vez que lo leí). Esta vez, quizá porque lo tenía fresco de esta lectura última de la Odisea, me he fijado más en su amor a lo pequeño, al ámbito familiar, por contraposición al ancho mundo, tan inabarcable y me he vuelto a parar en este verso, el 643:
νῆ᾽ ὀλίγην αἰνεῖν, μεγάλῃ δ᾽ ἐνὶ φορτία θέσθαι·
Alabar el barco pequeño, en uno grande los fardos poner.
Me parece que hay alguna conexión con Virgilio (Georg. 2.412-413): Laudato ingentia rura, exiguum colito, es decir: Alábese los campos inmensos, uno mínimo se cultive. Lo confirma West y es interesante que recoja el testimonio de que Catón también decía algo así en su libro De agricultura.
Hesíodo le está aconsejando a su hermano Perses que no se dedique a la navegación, es decir, al comercio a gran escala, aunque si se dedica al comercio, mejor que vaya con los grandes.
Y todo esto cuando al principio del poema anima a trabajar por emulación de los pares en el oficio. Es como la fábula de la cigarra y la hormiga primigenias.
Y en el medio, está la fábula, tan amarga, del gavilán nietzscheano que alecciona al ruiseñor, al propio Hesíodo, cogido entre sus garras.

lunes, 15 de octubre de 2018

Pelocho

Estaba hablando con mi madre el sábado, por teléfono, y le salió una palabra que me dijo que no usaba desde hace muchos años: pelocho, el que tiene como frío, como de que le hubieran rapado al cero.
Yo, como pasa cada poco estos días, me he acordado hoy de Tersites, el malhablado (2.245 acritomythos: que habla sin juicio, charlatán) de la Ilíada, proto-héroe cómico. Homero lo describe con cabeza punteaguda (foxós), como de pelota de rugby, y con una pelusa (lachne) rala (psedné) en la cima (2.219-20):

También el pobre Blas era como Tersites:

martes, 9 de octubre de 2018

Como el niño millenial del porquerizo

Ayer me compre un móvil nuevo, bueno y barato. He vuelto a Samsung maldiciendo de Sony. Se me ocurrió la frase «Como millenial con smartphone nuevo» para expresar mi contento. Pero tenía que leer esa misma tarde los cantos 20 a 22 de la Ilíada y hoy no he conseguido transmitirles (cuando bostezan es como si me mandaran misiles tierra-tierra) lo impresionante y tremendo de la desesperación asesina de Aquiles, que sobrepasa la del pobre Licaón cuando le suplica por su vida en el canto 21. Y justo ahí, les he citado ese verso que me conmovió, en el que se compara a Aquiles, al fin y al cabo también un mortal, con «el niño del porquerizo / al que el torrente arrastra en invierno, al atravesarlo» (21.281-2) justo cuando se enfrenta sin éxito al dios río Escamandro.
No he conseguido conmoverles.

jueves, 4 de octubre de 2018

Más sobre bueyes

He corregido en la entrada de ayer, a partir de otras versiones, todas las «vacas» por «bueyes», con lo que adquiere sentido la disquisición sobre que las mulas son mejores que ellos para arar.

He estado mirando también lo del βούλυτον, adjetivo que se refiere a un momento (καιρός) preciso del día, el de desuncir los bueyes. Chantraine en su Diccionaire Etymologique de la Langue Grecque (s. v. βοῦς) señala la curiosa ypsilon larga y pone en relación con ella el término latino solutus, con u larga también en la raíz. Por su parte Beekes habla de que eso se debería a la presencia ahí de «una laringal».

Aparece también en Aristófanes (Aves 1500): βουλυτὸς ἢ περαιτέρω; ¿Es tarde [=la hora de desuncir los bueyes] o más tarde? Resulta, como recoge el Lexikon des frühgriechischen Epos (s. v.)  que ya los antiguos dudaban si ese momento del día se refería a primera hora de la tarde (eso es lo que afirma un escolio [=anotación marginal] a ese pasaje homérico; en cambio Eustacio de Tesalónica (1615,39), erudito bizantino ya muy tardío, afirma que es a mediodía o poco después).

Y a los que habéis llegado hasta aquí, una etimología para contar a amistades: boulimia es hambre (λιμία) de buey (βοῦς).

miércoles, 3 de octubre de 2018

La hora de desuncir los bueyes

A mí un verso de la Ilíada me sirve para recordar la relación entre los relatos heroicos y los contenidos agrarios en la épica.

Es una persecución; se han metido de noche Diomedes y Odiseo en el campo enemigo y rastrean y capturan al troyano Dolón:
Mas cuando ya distaban un espacio como el de los surcos
de una jornada de mulas -son más valiosas que los bueyes
para tirar del claveteado arado por el profundo barbecho-
los dos corrieron sobre él [Dolón] (10.351-4)
A mí me gusta mucho que haga apartes así, para un público receptivo, que sabe la distancia que es la que hacen arando unas mulas en una jornada.

 Hoy nos tocaba este verso:
Mas a la hora de bajar el sol, la de desuncir los bueyes (16.779).
En griego es βουλυτόν (boulyton), sin mas, [la hora] «de buey suelto»

Miro en Logeion (el gran diccionario de diccionarios de griego y latín), porque está alojado allí el Autenrieth, un diccionario de términos homéricos y dice en la entrada sobre buey (βοῦς) que los adjetivos habituales con los que aparecen son ἀγελαίη (perteneciente a un rebaño, gregaria), ἄγραυλος (campestre / que duerme al raso), εἰλίποδες (plural: de patas que se mueven con un movimiento de giro / que cruza las patas al andar), ἐρίμῡκοι (muy mugidoras, pl.), ὀρθόκραιραι (de erguidos cuernos pl.). Las pobres aparecen siempre un mogollón, ya se ve.

ACTUALIZACIÓN:
Me escribe un profesor de Indoeuropeo lo siguiente, muy interesante:
"En paralelo complementario a la expresión homérica se encuentra la irlandesa antigua 'arabárach' "al amanecer", compuesta con 'búarach', literalmente "atadura de las vacas" (*bou̯-ad-reg-o-). Así, es muy posible que se trate de expresiones indoeuropeas heredadas para el amanecer y el anochecer".

jueves, 20 de septiembre de 2018

Cubrirse de desvergüenza

Entre los insultos de Aquiles a Agamenón al principio de la Ilíada, hay uno impresionante «tú que de desvergüenza vistes» (trad. García Blanco - Macía Aparicio de 1.149 ἀναιδείην ἐπιειμένε). Podría traducirse más literalmente todavía con «tú, que te has echado encima la desvergüenza», como si la desvergüenza fuera algo tan material como un manto.

En el siguiente canto se habla del sueño, personificado (Óneiros) que anima a Agamenón a guerrear. Al despertarse, resulta que Agamenón está rodeado de esa voz divina, que se ha derramado encima de él y lo cubre completamente. Quizá por eso lo traducen por «envolvíalo el divino precepto» (2.41 θείη δέ μιν ἀμφέχυτ᾽ ὀμφή).

Son dos ejemplos de la plasticidad de Homero, nada más.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Rasgos del discurso de Tersites

Me ha vuelto a llamar la atención la manera que tiene Homero de describir a Tersites, pero esta vez me he fijado más en sus cualidades retóricas, para lo que hay que tener primero en cuenta la etimología de su nombre, porque significa "insolente", "descarado":
El único que con desmedidas palabras [=ametroepés: a- = no / -metro- = medida / -epés de épos = palabra] graznaba aún era Tersites,
que en sus mientes sabía muchas y desordenadas [=ákosma] palabras
para disputar con los reyes locamente, pero no con orden [=kósmon]
sino en lo que le parecía que a ojos de los argivos ridículo
iba a ser (2.212-16)
Es como el precursor de los actores de comedia: dicen verdades pero son castigados por decirlas, porque las dicen, pero sin orden.

En cambio. de las cualidades como orador de Odiseo, que cuando quiere miente sin escrúpulos, dice Homero que de primeras destacaba muy poco:
miraba abajo, clavando los ojos en el suelo
y el cetro no lo meneaba ni hacia atrás ni hacia abajo
sino que lo mantenía inmóvil como si fuera un ignorante
habrías dicho que era una persona enfurruñada o estúpida,
pero cuando ya dejaba salir del pecho la elevada voz
y sus palabras, parecidas a invernales copos de nieve,,
entonces con Ulises no habría rivalizado ningún mortal (3.217-23).
Uno grazna verdades, pero sin orden. El otro deja salir palabras que se posan como copos de nieve.

(Todas las traducciones son de Emilio Crespo en la editorial Gredos).

martes, 18 de septiembre de 2018

Agamenón enfadado

En el canto I de la Ilíada, Agamenón, el rey más importante del bando griego, está a punto de causar la ruina de todo el ejército porque no quiere devolver a Criseida, hija de un sacerdote de Apolo, de la que está encaprichado. A ella no la voy a soltar (τὴν δ᾽ ἐγὼ οὐ λύσω 26), llega a afirmar tajante.
Cuando el adivino lo señala como causante de la peste, Homero explica que las mientes (así es como se suele traducir phrenes, de donde vienen todos los términos en -frénico, como oligofrénico o esquizofrénico) se le ponen a Agamenón completamente negras, porque se le llenan de ménos, eso que impulsa a alguien a combatir y que unos traducen por furia y otros por cólera.

En griego: μένεος δὲ μέγα φρένες ἀμφιμέλαιναι / πίμπλαντ᾽ (103-4)
Transcrito: méneos de méga phrenes amphimélaina / pímplant' (aliteración en labiales, m y p labiales).
Traducido: de furia grandemente las mientes completamente negras / se llenaron.

jueves, 6 de abril de 2017

Aguas oscuras

No sé si nota que estoy revisando cosas que dejé a medias. Esto es del curso pasado, de cuando estaba en clase con la Odisea. son varios pasajes de los libros 4 y 5. Creo que me sorprendió cómo traducía Pabón «agua sombrosa» μέλαν ὕδωρ, literalmente «agua negra» (4.359). En ambos casos es un adjetivo que impresiona, que si se refiere a las aguas de un manantial de un bosque es fácil, pero aquí es de las aguas que recogen para beber los que van a aprovisionarse al puerto de Faro, en Egipto, el famoso faro de Alejandría. Estaría tentado de acordarme de las aguas de los puertos, pero esas están sucias del fuel de los barcos, y no era el caso entonces.

Y poco después, otra traducción de Pabón: «el negro temblor de las olas» (4.402), sobre el dios marino Proteo. Lo que está diciendo es que ese dios está oculto en la μελαίνῃ φρικὶ «el negro erizarse, la negra agitación», referido a la superficie del mar.

Y por seguir con ello, poco después (5.56) habla Homero de las «aguas violáceas». ἐκ πόντου (...) ἰοειδέος, literalmente del «mar de pinta de violeta»

En la isla de Calipso, donde está retenido Odiseo, hay unas fuentes prodigiosas, «cuyos chorros despedían luz» (5.70-71), literalmente ὕδατι λευκῷ «de agua blanca».

Y por último, traduce Pabón con «purpúreo Océano». ἐνὶ οἴνοπι πόντῳ (5.132) lo que es literalmente «el mar de pinta de vino, adjetivo que nadie sabe muy bien qué significaba y que algunos eruditos antiguos tendían a interpretar como «oscuro como el vino».

jueves, 9 de abril de 2015

Faraone sobre catálogos

El profesor Faraone es uno de los grandes de los estudios griegos. Leí un artículo suyo admirable* sobre esas listas de nombres que a tanta gente se le hacen interminables, especialmente el Catálogo de las Naves en el canto II de la Ilíada, pero también mucho Hesíodo.
En vez de acudir a lo típico (su valor histórico o mitográfico o hablar de valores «sensoriales» de la yuxtaposición de nombres o de sus valores «evocadores», lo que hace es fijarse en algunas características distintivas, por ejemplo que en los primeros versos se acumulan tres o cuatro nombres por verso (y con variaciones para cuadrar el verso y para hacer variaciones), que luego van disminuyendo, para acabar con uno solo al principio de un verso, seguido de oración de relativo que señala a ese elegido sobre los demás (298-9).
Ve paralelos con la estructura de la priamel (lo llama ‘superlative cap’). Con ese esquema en mente, puede observar ejemplos en que se innova o en que el poeta ha insertado versos por motivos diversos (o quizá por razones de representaciones orales distintas, para públicos concretos).

El primer ejemplo que pone es de Hesíodo, sobre los hijos de Eris (=Discordia):

αὐτὰρ Ἔρις στυγερὴ τέκε μὲν Πόνον ἀλγινόεντα
Λήθην τε Λιμόν τε καὶ Ἄλγεα δακρυόεντα
Ὑσμίνας τε Μάχας τε Φόνους τ’ Ἀνδροκτασίας τε
Νείκεά τε Ψεύδεά τε Λόγους τ’ Ἀμφιλλογίας τε
Δυσνομίην τ’ Ἄτην τε, συνήθεας ἀλλήλῃσιν,
Ὅρκόν θ’, ὃς δὴ πλεῖστον ἐπιχθονίους ἀνθρώπους
πημαίνει, ὅτε κέν τις ἑκὼν ἐπίορκον ὀμόσσῃ
(Th. 226-32).
Y Discordia terrible dio a luz a la Fatiga dolorosa,
a Olvido y a Hambre y a Dolores llenos-de-lágrimas
a Combates y a Batallas y a Muertes y a Asesinatos
a Enfrentamientos y a Mentiras y a Argumentos y a Debates
a Mala-Ley y a Ofuscación, de costumbres similares,
y a Juramento, que especialmente a los hombres sobre el suelo
daña, cuando alguien a sabiendas jura en falso.

O este Catálogo de hijas de Nereo:

Νηρῆος δ’ ἐγένοντο μεγήριτα τέκνα θεάων
πόντῳ ἐν ἀτρυγέτῳ καὶ Δωρίδος ἠυκόμοιο,
κούρης Ὠκεανοῖο τελήεντος ποταμοῖο,
Πρωθώ τ᾽ Εὐκράντη τε Σαώ τ᾽ Ἀμφιτρίτη τε
Εὐδώρη τε Θέτις τε Γαλήνη τε Γλαύκη τε,
Κυμοθόη Σπειώ τε θοὴ Θαλίη τ᾽ ἐρόεσσα
Πασιθέη τ᾽ Ἐρατώ τε καὶ Εὐνίκη ῥοδόπηχυς
καὶ Μελίτη χαρίεσσα καὶ Εὐλιμένη καὶ Ἀγαυὴ
Δωτώ τε Πρωτώ τε Φέρουσά τε Δυναμένη τε
Νησαίη τε καὶ Ἀκταίη καὶ Πρωτομέδεια
Δωρὶς καὶ Πανόπη καὶ εὐειδὴς Γαλάτεια
Ἱπποθόη τ᾽ ἐρόεσσα καὶ Ἱππονόη ῥοδόπηχυς
Κυμοδόκη θ’, ἣ κύματ’ ἐν ἠεροειδέι πόντῳ
πνοιάς τε ζαέων ἀνέμων σὺν Κυματολήγῃ
ῥεῖα πρηΰνει καὶ ἐυσφύρῳ Ἀμφιτρίτῃ
(Th. 240-54).

A continuación viene otro catálogo de Nereidas: explica muy bien a qué se debe eso.

Ejercicio: contar los nombres y ver si disminuye el número. Encontrar ahí a Galatea. Buscar los significados de los nombres y explicar su relación con el mar.

*Ch. A. Faraone, “The Poetics of the Catalogue in the Hesiodic Theogony” TAPA 143.2, 2013, 293-323 [a quien lo quiera, se lo mando].

viernes, 5 de diciembre de 2014

Notas de clase a la Teogonía de Hesíodo

Es disfrutado mucho este año de la lectura de la Teogonía. La leí en la edición bilingüe que acaba de sacar José Antonio Fernández Delgado en la colección Alma Mater del CSIC.

1-4 Musas del Helicón: bailando en torno a una fuente (oscura / violeta: ἰοειδέα) y altar.
11-22 Cantan a Zeus y los demás dioses [v. 16 Afrodita ἑλικοβλέφαρον (de ojo en hélice sería una traducción muy mala); Fernández Delgado: "de vivo mirar"]

22-34 Epifanía: realidad / convencionalidad literaria:
a.poeta/profeta/legislador que recibe un mensaje divino.
b. en una montaña.
c. es un pastor. Descripción realista: «solo estómagos».
d. la divinidad se dirige a la humanidad en términos fuertes.
e. la divinidad da una señal visible: el bastón.
f. le es concedida la elocuencia: 31-32: ἐνέπνευσαν δέ μοι ἀοιδὴν / θέσπιν, ἵνα κλείοιμι τά τ᾽ ἐσσόμενα πρό τ᾽ ἐόντα.
Originalidad de 27-8: ἴδμεν ψεύδεα πολλὰ λέγειν ἐτύμοισιν ὁμοῖα, / ἴδμεν δ᾽, εὖτ᾽ ἐθέλωμεν, ἀληθέα γηρύσασθαι. Para Fernández Delgado no es una oposición entre la épica narrativa (ficción / mentira) y la didáctica, sino entre versiones contradictorias de los cantores.
Orden: cantar a los dioses.

41 Voz delicada de las Musas: λειριόεσσα.

45-52 Resumen de lo que van a cantar las Musas: desde el principio (45), 1. Tierra y Urano y descendencia; 2. Supremacía de Zeus; 3. Linajes humanos y de gigantes (sic); 4. Agradar con eso a Zeus.
55 Las Musas ayudan a olvidar los males: λησμοσύνην τε κακῶν ἄμπαυμά τε μερμηράων (Fdez. Delgado«olvido de males y remedio de preocupaciones»). 61 Tienen un ἀκηδέα θυμὸν (Fdez. Delgado «ánimo libre de cuidados»). 64 Cerca viven las Gracias y Deseo.

53-79 Sobre las Musas (77-79 sus nombres; el último, destacado, el de Calíope). 80-93 Los gobernantes a los que dan voz: 94-103 Los cantores [alternativa: retórica / poesía]

95 De las Musas y Apolo, los ἄνδρες ἀοιδοὶ ἔασιν ἐπὶ χθόνα καὶ κιθαρισταί. Relación del canto con la justicia: de Zeus, los reyes.

155 Urano odia a sus hijos más poderosos, y ellos a él: δεινότατοι παίδων, σφετέρῳ δ᾽ ἤχθοντο τοκῆι. Crono 'de mente retorcida: ἀγκυλομήτης lo hace. Nacimiento de la sangre de los genitales cortados de las Erinias, los gigantes y las ninfas melias. La espuma de los genitales: Afrodita [195-200 Nombres de Afrodita: etimologías]. Acompañantes 201: Eros, Hímero. Atribuciones: 205-6 παρθενίους τ᾽ ὀάρους μειδήματά τ᾽ ἐξαπάτας τε / τέρψιν τε γλυκερὴν φιλότητά τε μειλιχίην τε: «las intimidades con doncellas, las sonrisas, los engaños, el dulce placer, el amor y la dulzura».

217 Moiras y Ceres a los hombres al nacer διδοῦσιν ἔχειν ἀγαθόν τε κακόν τε «dan tener lo bueno y lo malo». Dan κακὴν ὄπιν, ὅς τις ἁμάρτῃ «funesta venganza a aquel que incurre en falta» (Fdez. Delgado) 222.
270-336 Monstruos descendientes de Forcis y Ceto. Protagonismo de Heracles señalado a lo largo de toda la obra y en concreto frente a varios de estos (también otros como Belerofontes).

272 ἀθάνατοί τε θεοὶ χαμαὶ ἐρχόμενοί τ’ ἄνθρωποι. 879 χαμαιγενέων ἀνθρώπων.

272 Posidón se une con Medusa ἐν μαλακῷ λειμῶνι καὶ ἄνθεσιν εἰαρινοῖσιν (Fdez. Delgado «en medio de un blanco prado y de flores primaverales»).

290 βουσὶ παρ’ εἰλιπόδεσσι («bueyes de ondulado paso» Fdez. Delgado).

311 Cérbero, κύνα χαλκεόφωνον («de metálica voz» Fdez. Delgado).

369-370 τῶν ὄνομ’ ἀργαλέον πάντων βροτὸν ἀνέρ’ ἐνισπεῖν, / οἳ δὲ ἕκαστοι ἴσασιν, ὅσοι περιναιετάωσιν. («difícil es para un hombre mortal decir los nombres de todos, / sino que saben cada uno de ellos quienes viven en sus orillas» Fdez. Delgado).

459 Crono κατέπινε a sus hijos (no los 'devoró'). 485 Rea σπαργανίσασα una piedra para dársela a Crono.

Victoria de Zeus. Prometeo y los hombres: 550-551 Zeus sabe lo del sacrificio, lo dice de tres modos: (εἰδὼς / γνῶ ῥ᾽ οὐδ᾽ ἠγνοίησε δόλον). Pero se llena de cólera 554 χόλος δέ μιν ἵκετο θυμόν.

585 La mujer, «hermoso mal en vez de bien» καλὸν κακὸν ἀντ᾽ ἀγαθοῖο. 589 δόλον αἰπύν, ἀμήχανον ἀνθρώποισιν «tremendo engaño, inmanejable a los hombres».

617-719 Titanomaquia- 721-819 El Tártaro y los que lo habitan. 820-880 Lucha con Tifeo. 880-942 Descendencia primera de Zeus. 963-1020 Genealogías de los mortales.

640 'Comer' néctar y ambrosía: ¿beber? La ambrosía quizá como miel.

766 La muerte, «enemiga también de los dioses» ἐχθρὸς δὲ καὶ ἀθανάτοισι θεοῖσιν.

776 El juramento por el agua de la Estigia, el más tremendo para los dioses que garantiza la verdad suprema: castigos a los dioses perjuros.

895 Zeus y Metis.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Una parodia de los homeristas

Traduzco el texto, que vi en Laudator temporis acti y que creo que es de 1911, porque la cita es un ejercicio de erudición*. Señalo al lado los textos de la Ilíada que se están parodiando.
Canta, diosa, de Friedrich hijo de Wolf,
que causó incontables dolores a los homeristas,
y envió al Hades muchas valientes almas de profesores
cuando a un tiempo chocaron en la pelea
los analistas-de-ojo-de-lince y los muy-sufridores-unitarios. [cf. Il. 1.1-7]
Primero levantó un héroe una hipótesis enorme, dentada,
que ni dos estudiosos de los de ahora se podrían creer
(aunque él por sí solo se la creía con gran facilidad),
y la lanzó al escudo del adversario de seis indudables estratos;
Pero, comprobada por esa vía, la desvergonzada suposición resbaló a un lado. [5.302-4]
Luego el otro levantó una hipótesis mucho más grande
y la lanzó -y no erró- al libro del enemigo:
a través de seis ediciones el dardo penetró,
pero en la séptima se paró, hecha de piel de ternero.
Luego los dos ejércitos avanzaron con clamor indecible,
y un coro de Babel se levantó ante la cara del cielo. [7.244-248]
Como cuando el viento del sur deja niebla sobre las cumbres de los montes,
una niebla odiada por el pastor, pero para el ladrón mejor que la noche,
así ascendió una densa nube de polvo de incertidumbre
de debajo de los pies mientras avanzaban. [3.10-14]

Sing, Goddess, of Friedrich son of Wolf,
Who brought countless griefs upon the Homerists,
And sent to Hades many valiant souls of professors,
When on a time there clashed together in strife
The lynx-eyed Analysts and much-enduring Unitarians.
First did one hero take up a huge, jagged hypothesis,
Which no two scholars of this age could believe
(Though he alone believed it quite easily),
And hurled it at foeman's shield of six indubitable strata;
But, checked thereby, the shameless assumption glanced aside.
Next did the other lift up a much larger hypothesis,
And threw it, nor missed, at enemy's book:
Through six editions did the missile penetrate,
But the seventh stopped it, made of the hide of a calf.
Then the two armies advanced with clamour unspeakable,
And a chorus of Babel arose before the face of heaven.
As when the South Wind sheds a mist over mountain-peaks,
A mist hated of shepherd, but to robber better than night,
Even so ascended a thick dust-cloud of uncertainty
From beneath their feet as they went.
*en un artículo de G.P. Goold ("The Nature of Homeric Composition," Illinois Classical Studies 2, 1977: 1-34) cita el texto, remitiéndose a Classical Review 25, 1911, 63, donde lo que se encuentra es una nota en la que dice:
We make no apology for calling attention to the very entertaining and impressive Gigantomachia which Mr. Lang and Professor Murray have been kind enough to exhibit recently in the Oxford Magazine. It would require the pen of Homer (if Homer had been present on the occasion) to describe adequately this brief and lively duel between the Polychronist and the Monochronist theories of the Iliad. For first did the one champion take up an hypothesis, black, jagged, and huge, which not two Germans of this age could believe (but he alone believed it quite easily), and hurled it at his adversary's Mycenaean shield of six indubitable strata; but the shameless assumption was checked thereby and glanced aside. Next did the other hero lift up a much larger hypothesis, and threw it, nor missed, at the foeman's book: through six editions did the missile go, urged by vast strength; but the seventh stopped it, made of the hide of a calf. Then did they rush together like wild boars, and one or other must have perished; but Apollo carried both away, ἐκάλυψε δ' ἄρ' ἠέρι πολλῇ-the battle ended as usual in a thick mist of uncertainty. It was a very pleasant passage of arms, and a model for controversies between the learned.