jueves, 7 de febrero de 2019

Ni se puede dar nombre al amor a la patria

Aquí se acordaban de estos versos de Las Fenicias de Eurípides
ΙΟΚΑΣΤΗ ἡ πατρίς, ὡς ἔοικε, φίλτατον βροτοῖς.
ΠΟΛΥΝΕΙΚΗΣ οὐδ᾿ ὀνομάσαι δύναι᾿ ἂν ὡς ἐστὶν φίλον (406-7).
Una traducción mía:
YOCASTA: La patria, según parece, es lo más querido a los mortales.
POLINICES: Las palabras no te servirían para explicar cómo es de querida.
Hablan una madre, Yocasta y su hijo, Polinices, es decir, que se refieren a algo más allá de los amores básicos, en la familia. Hay una figura presente pero implícita, que es el padre, Edipo. Además, esto lo dice Polinices, que tuvo que huir y ha conseguido entrar de vuelta a Tebas gracias a la mediación de su madre, que quiere evitar una guerra entre él y el rey de Tebas, su hermano Polinices.

Es complicado lo de amar a la patria, pero es un amor de verdad. Lo vemos (y lo padecemos) aquí ahora, cuando la vemos arrastrada por los suelos.

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