Ahí tuvimos misa, en un altar al aire libre, mirando el lago. Yo no tenía todavía mucha experiencia de estar en sitios donde muy probablemente estuvo Jesús, pero aquí me golpeó otra vez la emoción, como en el Santo Sepulcro. Era como ver en color lo que hasta ese momento conocías, pero en blanco y negro. Y no es tanto cuestión de «conocer», «comprender» o «situarse»; es de sentir, sobre todo de sentir.
De ahí fuimos a las ruinas de Cafarnaúm, con restos de una grandiosa sinagoga del III/IV d. C., pero que estaría sobre la que frecuentó Jesús y donde predicó. Al lado, estaba la casa de san Pedro (y por eso ahora entiendo todavía mejor un pasaje como este de san Lucas 4,38: «En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón»: pues sí, así de directo, al lado).
Ahí, nada menos, se sitúa el discurso del Pan de Vida en el evangelio de san Juan 6.22-59.
Foto de wikimedia. La especie de ovni es una iglesia sobre los restos de la casa de san Pedro.
Lo que queda de la sinagoga
Ya vi en Bruselas restos de algunas sinagogas de esas épocas, realmente suntuosas. También en el Museo de Israel había. Esta era impresionante.
Y en el terreno del reconocimento hacía ilusiòn hasta reconocer un sicomoro:
¡Bien por el sicomoro, y por Zaqueo! El sicomoro es una especie de ficus; de higuera, vaya. Hasta que lo supe me costaba entender por qué en algunos NT Zaqueo se subía "a un sicomoro", y en otros "a una higuera", pues mi guía de árboles le llamaba "sicomoro" a un tipo de arce, el falso plátano.
ResponderEliminarEstoy disfrutando mucho con las entradas.
Pues me alegro mucho.
EliminarSicomoro es siko (higuera) y moro (tonto / loco). Estuvimos más adelante en Jericó, donde tenían en una cerca un sicomoro que presentaban como el de Zaqueo, aunque, claro, no tiene dos mil años.