En octubre de 2021 hablaba de El peregrino absoluto, de Armando Pego.
Seguía leyendo la versión de la Ilíada de Fernando Gutiérrez, por ejemplo "Vivo sólo la muerte y la sangre y los tristes sollozos". Ahí mencionaba a Martínez Mesanza y luego escribí sobre su libro Entre el muro y el foso.
Hice un viaje a Madrid y el trayecto en avión era un lío.
Me pasmaba con las definiciones del hombre que daba fray Lorenzo de Zamora.
En aquel blog faltó una entrada sobre "X será Y o no será" (uno de los ripios neofilisteos que más grima me da). Tenía gracia pero también momentos muy cutres.
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