Dos impresionante definiciones del hombre en la Monarquía mística de fray Lorenzo de Zamora.
Dios hace al hombre y le llama "tierra". Le hace
una carta cerrada, dentro de la cual iba su [=de Dios] retrato (7).
El mismo, unas páginas después, habla del hombre como un ser con plumas, que le elevan en la soberbia:
Si subiere hasta el cielo su soberbia, si levantare la cabeza hasta dar con ella en las nubes, en el fin se despediciará [sic] como estiércol ese cuerpo tan hecho a los regalos de los gustos, esas carnes para quien se tejían las holandas, se labraban las sedas, se inventaban las galas, las músicas, los olores, las cazas y todos los entretenimientos del suelo; ha de perderse como un poco de basura ese talle, ese garbo, esa hermosura, beldad y gentileza, esa persona a quien todo servía, para quien se buscaban las perlas que dentro de sus veneras los pescadillos crían, lo que engendran las aguas, alimenta la tierra y los aires sustentan en sus distritos, al cabo ha de ser como un poco de estiércol podrido (17).
Impresionante texto.
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