Yo lo que había pensado era ir a la Catedral, a ver qué tal y porque siempre está bien ir a la Catedral, sobre todo en Año Santo. Había una gran cola, así que nada, me quedé en la Quintana. Había un músico en medio cantando, canciones típicas como Guantamera, pero también una versión de Pájaros de barro, de Manolo García a la que le quitó todo el tono flamenco: quedaba muy bonita; la letra la seguí de otra manera: muy bonita, como la manera que tiene de cantarla Natalia Lafourcade en esta interpretación con él.
Antes de irme, vi abierta la Puerta de los Abades y me asomé a mirar otra vez los restos góticos del intento de cabecera que quedó en nada
Y luego me estuve fijando en cómo ha quedado la Corticela restaurada:
Para redondear, entré en Cervantes en la sede de la fundación (se llama Afundación, como arradio o amoto: el chiste ya lo hice, compruebo, en 2017) de Abanca. La exposición era de mujeres pintoras. La vi en tres minutos: estaban todas las que estoy harto de ver, las Menchu Lamas, las Mónica Alonso, las Pamen Pereira, además de estrellas a nivel estatal, como Susana Solano o Soledad Sevilla.
La guardia de seguridad me iba siguiendo, porque estaba yo solo. Al llegar a un cuadro de Julia Minguillón le dije: el único bueno.
Y así hice mi obra buena del día.
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