Zúrich está al lado de un río, Limmat, que da en un lago de 40 kilómetros de largo. Había barcos que lo recorrían, casi como autobuses, porque todo estaba habitado. Seria un sitio maravilloso para vivir, en esas riberas, viendo pasar barcos y barcas:
Todavía nos dio tiempo para volver andando por el centro. Había una iglesia que resultó ser de los viejos católicos, que se separaron de la Iglesia con el Vaticano I y ahora están completamente perdidos en sus planteamientos doctrinales, con sacerdocio femenino y toda la pesca. La Iglesia conservaba como un aire católico:
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