En noviembre de 2019 seguía contando de Italia: los frescos de Gozzoli. El cementerio inglés. Los pintores de Siena en los Uffizi, sobre todo la Anunciación de Simone Martini. Los grandes, Duccio y Giotto. Y los que siguieron a Giotto.
Pero también comentaba grandes libros: uno de lecturas de Julio Martínez Mesanza, El libro de poesía Mal que bien de Enrique García-Máiquez, el de los conservadores de Gregorio Luri.
Y me deleitaba en ver a los hoplitas atenienses a la carrera, contra los persas. También en el amor a la verdad de Tucídides.
Ponía un ejemplo de comedia en los evangelios, que ahora resulta que está en el libro de E. G.-M. sobre la gracia de Cristo.
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