lunes, 15 de mayo de 2023

Empiezo con las memorias de Pieper

Vi que habían salido unos Escritos autobiográficos de Josef Pieper. Me relamí pensando en lo que he disfrutado leyendo memorias de filósofos en el ámbito alemán: el libro sobre la época nazi de Von Hildebrand, las Memorias dialogadas de Spaemann, el libro autobiográfico de Ratzinger podría entrar también aquí, o los apuntes autobiográficos de Guardini. Por no hablar de biografías como la de Wittgenstein o libros sobre otros filósofos como Cassirer o Heidegger.

No leo filosofía casi, pero vidas de filósofos, sí.

Del libro de Pieper llevo cien páginas y estoy decepcionado. Del texto, de su barroquismo, supongo que le tengo que echar la culpa al propio Pieper, porque el traductor supongo que depende del texto que traduce. El hecho es que cuesta leerlo: si fuera difícil por su densidad o su hondura, bien, pero es que parece como que o Pieper no sabe recuperar su infancia y juventud y la retuerce o es que no pilla el modo de enfocarlos con naturalidad. Y la cosa se pone peor cuando él empieza a trabajar, con el nazismo empezando a dominar todo y ahí se le ve como patinando, como si tuviera algo de lo que justificarse. De hecho habla con la boca pequeña de escritos donde se podría entender un apoyo suyo al menos tácito. Me he acordado de algo que decía el cardenal de París, Lustiger, en un libro-entrevista muy bueno, que los intelectuales franceses escribían ensayos en ese estilo tan retorcido para esconder su colaboración con el nazismo. Pues no sé si pasa algo así aquí.

Solamente me ha interesado lo que cuenta de un viaje al acabar el bachillerato a Islandia. Allí conoció a una monja que le prometió ofrecer todo por él: mucho años después, él seguía escribiéndole a ella, hasta que murió. Eso es impresionante.

Es una pena, porque los libros de Pieper que he leído son muy buenos, muy tersos, claros. Aquí no se ve nada de eso: todo está como envuelto en una bruma. Los personajes son presentados, hasta el protagonista mismo, en una luz tirando a oscura, sesgada, de grises, en eso solamente la portada es acertada. Y ya que estoy con la portada, en Ediciones Cristiandad se deberían gastar más dinero en cuestiones de edición, de diseño. Por ejemplo, no hay casi márgenes en las páginas. Eso no ayuda:

6 comentarios:

  1. Sí, todo apunta a mala conciencia.

    De Lustiger sólo sé que por sus presiones se paró el proceso iniciado de beatificación de Isabel la Católica. También ahí se pueden suponer motivaciones más políticas que teológicas.

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  2. Extraño que ni en Amazon ni, sobre todo, en el sitio de las Ediones Cristiandad den el nombre del traductor de ese libro. ¿Será porque ha sido traducido del inglés o del francés en lugar del alemán (como sucede con cierta frecuencia en España con los libros de lenguas de las que hay pocos traductores)?

    "Del texto, de su barroquismo, supongo que le tengo que echar la culpa al propio Pieper, porque el traductor supongo que depende del texto que traduce."

    Yo no firmaría esa suposición. Conociendo bien el estado catastrófico de la traducción en España y habiendo visto una cantidad alucinante de barrabasadas en ese terreno, estoy casi seguro de que el problema viene del traductor.

    En la editorial dicen: "Estamos ante un texto sencillo y claro en lo literario". Y también: "De estilo breve, de lectura agradable" (¿qué será eso de un estilo "breve"?). Pero se abstienen de precisar: "Traducido del alemán por...".

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    1. Yo lo decía porque el prologuista hace grandes elogios del traductor. No es que esté mal traducido o con construcciones extrañas, es que es un texto que resulta incómodo de leer, no sé por qué: no tiene alegría. Yo sigo echándole la culpa a Pieper. De todos modos, solamente he leído cien páginas y tiene seiscientas.

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  3. ¿Quién es el traductor? ¿Y se dice que el libro ha sido traducido del alemán?

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    1. El traductor es Juan Francisco Franck. El prologuista, que es Rafael Alvira, un filósofo reconocido que conoció a Pieper, hace grandes elogios de su traducción.

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    2. Juan Francisco Franck es un filósofo argentino con un CV muy serio (y que sabe el alemán, puesto que ha hecho estudios en Liechtenstein y Friburgo). También parece conocer muy bien la obra de Pieper a la que ha dedicado varios artículos y de la que ha traducido varios libros (del alemán).

      En cuestión de lenguas, parece incluso un superdotado:

      "Idiomas

      Español: lengua materna.
      Inglés, alemán, francés, italiano: lee, habla, escribe.
      Portugués: lee.
      Latín y griego clásicos: lee.
      Ruso: conocimientos fundamentales."

      https://austral.academia.edu/juanffranck/CurriculumVitae

      Conclusión: el problema parece venir del propio Pieper...

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