Hice un viaje rápido a Madrid, a una tesis. Pude encontrar un rato para el Museo Nacional de Artes Decorativas, que no conocía. No es lo que a priori me interese más, pero me gustó mucho. Es como la continuación del Arqueológico, porque comienza en el siglo XVII, pero centrado en muebles, telas, cerámica.
Había una exposición semipermanente sobre diseño del primer tercio del siglo XX en Europa (y dos cosas de USA). A mí, que he estado en el de Praga, en el de Zagreb también, y en Estocolmo, pero sobre todo en el de Viena (hojead las cinco entradas que le hice: uno, dos, tres, cuatro y cinco), me sirvió como de menú degustación, valga la tontería.
Había muchas de esas sillas incómodas (sillas insentables) de los grandes. A mí me gusta verlas en los museos: ahí están bien. Esta es una silla para niño de Lloyd Wright:
Había muchas jarras, copas, cafeteras
Me fascinó el diseño modular de estos tupperwares de cristal de antes de los tápers:
Muy entretenido, la verdad. Luego me fui a ver la Colección Permanente.
Vamos, que te vas a un vertedero o a un punto limpio y te encuentras las mismas cosas, un poco más sucias.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la tetera, con lo que intuyo es el receptáculo de las hojas de té a la derecha, elevado; imagino que comunicado por dentro con perforaciones. También me han gustado las cafeteras de vidrio, que parecen equipamiento de laboratorio. Y el nombre tan "de IKEA" de la colección de tápers de vidrio ("Kubus").
ResponderEliminarMe ha encantado la tetera. Estuve en ese museo hace unos treinta años y me gustó mucho. Recuerdo unos bargueños magníficos, algún Ecce Homo de Pedro de Mena y los estuches, en cordobán repujado, de la cristalería del tesoro del Delfín que está en el Prado.
ResponderEliminar