lunes, 14 de abril de 2025
Rogier van der Weyden El descendimiento
jueves, 10 de abril de 2025
Repaso del blog en abril, mayo y junio de 2024
En abril de 2024 estaba releyendo a Batya Gur, la Muerte en el kibbutz.
También celebraba 20 años de blog.
Me hacía eco de Ejecutoria, el libro de E. G.-M.
Contaba en detalle mi vida de numerario.
En mayo seguía enfrascado con los Diarios de Karl Ove Knausgård.
Releía, muchos años después, El hobbit.
Visitamos la zona de los Obarenes de Burgos.
Además hablaba de una visita a las Doroteas de Burgos.
También contaba de una romería en Gundián.
En junio hacía una loa de ser del Real Madrid.
También proponía un plan de lecturas básicas.
Le daba vueltas a lo de sentirse forastero, otra vez con Knausgård.
miércoles, 9 de abril de 2025
Manuscritos de Valle-Inclán
En la Facultad han hecho una exposición como homenaje al profesor Javier Serrano Alonso, recientemente fallecido, en torno a la edición que hizo de El trueno dorado, una novela póstuma de Ramón del Valle-Inclán.
Han puesto hojas del manuscrito de Valle-Inclán, muy curiosas, con grandes letras y grandes tachaduras:
También está la carta que le mandó Manuel Chaves Nogales, subdirector entonces de la revista Ahora, donde salió la novela por entregas.
Esta es la edición, primorosa, primorosamente publicada por la Editorial de la Universidad de Santiago:
martes, 8 de abril de 2025
La mujer nueva de Carmen Laforet
Me preguntaron hace unas semanas por La mujer nueva, de Carmen Laforet. Yo solamente había leído hace un montón de tiempo Nada, de la que tenía muy buen recuerdo, sobre todo de la atmósfera, el ambiente oscuro en aquella calle Aribau. Me pareció una novela muy viva, muy lograda, muy personal.
La mujer nueva me ha gustado también, sobre todo por el personaje principal, que va orientándose entre grandes dificultades propias y de su relación con los demás. Es una obra sobre un proceso de conversión, lleno de posibilidades de error, que se sostiene en el retrato muy logrado de la protagonista, viva, con una personalidad muy acusada, fuera del marco mental de los demás personajes y, parece, de la mayoría de la gente de esos años. Sorprende que la novela sea de 1955, sobre todo cuando nos han creado en los últimos años una idea de esos años como los de una España opresiva y mojigata en la que no se podría ni pensar.
Todo suena a autobiográfico, con algunas consecuencias negativas, como no fundamentar mejor desde el punto de vista ficcional lo que quizá la autora percibiese como evidente. Mientras leía la novela me notaba pujos de editor: me hubiera gustado dar consejos para que hubiera sido una obra más redonda, más cohesionada. Quizá la estructura me parezca tosca: se sostiene, pero milagrosamente. Los demás personajes están trazados con menos hondura de la que me hubiera gustado. Las motivaciones las vamos descubriendo a medida que la trama lo pide: es el final el que da la clave de todo y sostiene el conjunto. Me acordaba de que decía Flannery O'Connor que era muy difícil transmitir en la ficción la acción de la gracia: aquí se nota mucho, en el relato de la conversión sobre todo, pero también en el resto de la novela. Quizá todo se fundamente en una experiencia vital, pero eso hay que hacerlo creíble en la literatura y no es tan fácil, me imagino.
En resumen, muy bien, muy interesante desde el punto de vista de las ideas, por ejemplo de las formas de vida católica que va explorando, quedándose al final con lo que percibe que corresponde más a lo que le ha llamado Dios a ser a ella. Si tuviera que estudiar la vida religiosa española de los años 50, mencionaría seguramente este libro.
lunes, 7 de abril de 2025
Sobre el cielo, muy naturalmente
Vi que habían sacado en el Colegio Mayor Moncloa de Madrid Algo escondido. Poetas en Moncloa, un libro con poemas de gente que estuvo allí, entre ellos Jaime García-Máiquez, del que estoy leyendo la antología de rayas en Renacimiento, y José Luis de la Cuesta, del que me he releído ahora, con esta fausta ocasión, su grandioso libro Cosas que me has contado, que está igual de fresco o quizá todavía más.
Decían que había poemas inéditos, así que hice una pregunta nada inocente en Twitter sobre ello y el hecho es que desde el Colegio Mayor me mandaron el libro: ¡muchísimas gracias!
Sí, sí que hay inéditos, por ejemplo este poema de Jaime García-Máiquez, que a mí me alegra mucho:
UN SUEÑOHay que dormirse arriba en la luz.Maria ZambranoEstábamos ya muertos.Andábamos despacio por las dunas.Nadie decía nada. Nos mirábamosy sonreíamos con la mirada.Estábamos contentos. Era la dicha comoun centro sin afueras,el tiempo buceando bajo el agua,las gotas momentáneas en la arena.Alguien dijo tu nombre, y su sonidosonó como un helado de menta en el desierto.Una niña nos dijo que estábamos desnudos.Nos reímos de nuevo.Estábamos. Estábamos. Estábamos.
viernes, 4 de abril de 2025
Repaso del blog en enero, febrero y marzo de 2024
Ponía textos de la Segunda Parte de la Monarquía Mística de fray Lorenzo de Zamora: uno sobre los carneros, otros sobre Dios que se hace el encontradizo, otro sobre la aurora. También sobre la brevedad de la vida. Y la vida humana como una capea.
También de traducciones de los salmos por fray Luis de León.
Una entrada que fuimos escribiendo con los comentaristas es sobre escribir en el agua.
En enero empecé a leer los Diarios de Karl Ove Knausgård y no paré hasta que los terminé. Comencé con el primer volumen, de requisitoria a su padre.
Recogía comentarios y traducciones de poemas de Gerald Manley Hopkins, de Consolación de la carroña y de Como se incendia el martín pescador (bueno, esto el 31 de diciembre).
Ponía cosas típicas de pueblos castellanos. Eso fue cuando visitamos Castrillo Solarana y antes Solarana sin más.
Recogía palabras que dice mi madre y aprovechaba para explicar cómo hace las croquetas.
Disfruté mucho de Brighton Rock, la novela de Graham Greene.
Empezaba a releer las novelas de Batya Gur. Comencé con Un asesinato musical. Luego seguí con El asesinato del sábado por la mañana. Y continué con Un asesinato literario.
El miércoles de ceniza me pillaba por sorpresa.
Leía con mucho provecho El deseo de comprender, de Luis Daniel González.
jueves, 3 de abril de 2025
Cartel de la pastilla
En un pasillo de la Facultad me fijé hace unos días en un cartel de un Congreso de Iniciación a la Investigación, porque tenía un título curioso ("IV xiiielc", no muy eufónico, la verdad) y una llamativa estética, en la que destacaba el dibujo del ala de la Facultad donde están los despachos de los profesores (incluido el mío), lo que llaman los arquitectos una "pastilla".
En el cartel además han puesto en un lado el típico libro de mi Facultad con el papelito de las fechas de devolución, pero con el título del tema del Congreso de Metodología y Epistemología. Debajo están, como una muestra, algunas de las teselas que recubren la zona de aulas. Es realista además en las pintadas de los pilotes de hormigón que sostienen la "pastilla" lecorbusierana, bien que estén más en la de aulas: han unificado en una las dos "pastillas" de la Facultad, la de los despachos y la de las aulas.
Para que os hagáis una idea respecto a las fotos:
Y aquí, las teselas verdes como de piscina de la zona de aulas: