Estuve en Madrid y leí la inscripción del monumento a Eugenio d'Ors. Me atreví a poner en el blog un guión de una charla que di allí sobre Historia de Grecia.
Hacía fotos a los bancos de hierro colado de la Alameda.
Seguía fascinado con la figura de Evelyn Waugh, tan rechazable en algunos aspectos y tan admirable en otros. Le daba vueltas al episodio del suicidio.
Me quemaba con el mundillo bien de Santiago.
Ponía por primera vez Toulouse de Claude Nougaro.
Hacía una reseña de Bello es el riesgo, el gran libro de Marcela Duque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario