Cuenta Eade en su biografía que cuando llegó al internado de Lancing, el Evelyn Waugh de 12 años llamaba la atención porque en las celebraciones anglicanas se arrodillaba en el momento del Et incarnatus del Credo, cuando nadie lo hacía. También llamaba la atención que estuviese un largo rato rezando intensamente al acostarse, mucho después de que todos los demás hubiesen terminado.
Es el mismo que cuenta en sus Memorias que con 22 años se quiso suicidar metiéndose en el mar, tras dejar su ropa con un verso de Eurípides (Ifigenia entre los tauros, v. 1193):
Pero le picó una medusa y se salió del agua.
Es el mismo que cuenta en sus Memorias que con 22 años se quiso suicidar metiéndose en el mar, tras dejar su ropa con un verso de Eurípides (Ifigenia entre los tauros, v. 1193):
θάλασσα κλύζει πάντα τἀνθρώπων κακά.El mar purifica todos los males de los hombresEsto dice: «Bajé solo a la playa con mis pensamientos repletos de muerte. Me quité la ropa y empecé a nadar mar adentro. Intentaba de verdad ahogarme? Esa era mi idea de verdad y dejé una nota junto a mi ropa, la cita de Eurípides sobre el mar que purifica todos los males de los hombres. Me tomé el esfuerzo de compararla, con acentos y todo, con el texto de la escuela».
Pero le picó una medusa y se salió del agua.
En realidad, Eade duda (p. 78) de que nada de eso sucediera realmente. Aquí cuentan el contexto de la situación en la que estaba mentalmente; lo más curioso es que en la misma web hablan de que en 1955 se marchó a la francesa, sin despedirse de los que lo alojaban en Jamaica, en concreto Ian Fleming, el autor de las novelas de James Bond, y su mujer, dejando en la playa su ropa con un verso de Eurípides. Todo el relato del suicidio puede ser, pues, una gran broma de Waugh, aunque esos años de juventud fueron de verdad duros y sí que se planteó el suicidio.
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