Es una ciudad suiza Sankt Gallen, con un monasterio famoso y una biblioteca de las mejores del mundo en manuscritos. No sé si es que, como estaba en Suiza, tuvo menos guerras y por tanto menos posibilidades de quemarse, es el hecho es que allí tienen ejemplares únicos.
Del monasterio original no queda nada, salvo restos arqueológicos. La Iglesia, muy monumental, es rococó a todo gas, no exactamente mi estilo favorito.
De allí fuimos a la biblioteca, típica biblioteca barroca, pero tenías que ponerte una especie de zapatillas de felpa sobre los zapatos, para no estropear el suelo: era hasta divertido. Entrabas y ponía esto:
En griego, ΨΥΧΗΣ ΙΑΤΡΕΙΟΝ, es decir, remedio del alma.
Dentro había una exposición temporal de manuscritos sobre temas astronómicos: lo fascinante era ver lo antiquísimos que eran. Hice fotos -estaba prohibido- de manuscritos del año 450, del 780, del 800. Era increíble, pero os lo tendréis que imaginar, porque las fotos son malísimas y no puedo ni ponerlas ni siquiera aquí.
Fuimos luego a los sótanos de la iglesia y había una exposición de algunos manuscritos espectaculares, por ejemplo esta gramática de Prisciano con comentarios en irlandés antiguo de en torno al año 850, porque de Irlanda fueron muchos monjes allí:
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