En el camino a Valladolid y luego de vuelta de Burgos estuve oyendo varios programas de Una pregunta, literal, el podcast que hace, y muy bien, Helena Farré. Disfruté del programa último, con Juan Marqués, a pesar de que a él lo tenía en cierto modo vetado, por unas tonterías que escribió recientemente sobre poetas concretos, pero el hecho es que el programa se oía con gusto. También fue interesante la conversación con David Jiménez Torres, aunque no comparto su entusiasmo por el Lazarillo de Tormes. En ambos casos, me entraron muchas ganas de leer muchos de los libros que comentaban, que luego seguramente no me gusten, no sé, pero era un placer oír cómo lo contaban. En cambio, el programa con Zena Hitz me decepcionó mucho: sus comentarios me parecieron banales, buenistas, superficiales.
A la vuelta, oí sobre todo Radio Clásica, primero Viaje a Ítaca, con cosas de ópera y también una canción de Massenet muy bonita. Luego había un programa que aguanté un rato, donde se les ocurrió poner primero fragmentos musicales y esperaron al final para revelar qué era: resultó que eran obras de violín y arpa hechas -ahí estaba la emoción, porque en la música no- por mujeres y con el tema de la Alhambra; un tostón y todo apestosamente políticamente correcto.
Y me llevé en el pendrive el programa del Club Dalroy, sobre el libro del silencio de Dios en el cine de Pablo Alzola. Lo he oído después y está muy bien: dan ganas de que dure una hora más.
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