Llegamos a Finisterre y ver en esa punta de Europa casi 300 grados de mar, como una balsa, tranquilo, casi sin olas, con el sol dando con fuerza (acabé el día rojo como un cangrejo, así de incauto soy) fue impresionante.
Luego volvimos por el interior, viendo los campos, los molinos eólicos, las casas, los cruceiros. Paramos en Ponte Maceira: estaba a reventar de flores. La señora me dijo que unas flores blancas que había en el cauce del río Tambre a montones se llamaban Queen Anne's Lace en inglés. A mí solamente se me ocurrió hacer una foto de una flor de hortensia a punto de brotar:
También hice una foto de la pared, con todas las clasificaciones tan complejas que tiene la toponimia en Galicia:
¡Gracias por airearnos, que falta nos hace!
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