Me gusta mucho el título de este libro de viajes de Evelyn Waugh, Gente remota, de los primeros que hizo: es gracioso y a la vez explica de qué va: de irse lo más lejos posible. Este libro está en la base de uno de sus libros de humor más conocidos, Black mischief, que aquí tradujeron (qué tiempos, cuando eso no importaba) como Merienda de negros.
La excusa para ir a Abisinia fue asistir a la coronación del Ras Tafari, del emperador de Abisinia, Haile Selassie, del que él no sabía nada, ni él ni sus amigos. Esto es lo que les había llegado del tema:
se decía que la Iglesia de Abisinia había canonizado a Poncio Pilato y ordenaba a sus Obispos escupiéndoles en la cabeza, que el heredero real al trono se encontraba escondido en las montañas, aprisionado por cadenas de oro puro; que la gente vivía a base de carne cruda e hidromiel (14).
El relato de las celebraciones en Abisinia tiene momentos muy graciosos y otros en los que se trasparenta el aburrimiento que pasó, especialmente cuatro días en medio de la nada, en Harar, esperando un tren. De allí cruzó el mar para estar dos semanas en Yemen, en concreto en Adén. Luego, volvió a África, estuvo en Kenia, Uganda y llegó al lago Tanganica y de ahí hasta Sudáfrica: es agobiante lo difícil que es todo en 1930 en medio de África. A la vez, en los sitios más remotos siempre hay un armenio, un chipriota, un griego.
El conjunto del libro, por resumirlo en torno a lo que me parece su tema central, es la realidad del dominio y alcance del imperio británico y cómo se ejerce por el mundo. No directamente en Abisinia, que era un imperio independiente entonces, con cierta estructura británica al menos a nivel de cónsules, pero sí en el protectorado que tenían en Adén y por supuesto en Kenia y con un protectorado en Uganda.
De Abisinia lo que más me llamó la atención fue un viaje a un monasterio, un desastre de expedición y un desastre de monasterio. Pero ya mañana pongo aquí un texto sobre eso, extraordinario.
En conjunto me parece un libro muy irregular, tirando a flojo, demasiado centrado en cómo consiguió ir de un sitio a otro. Pero siempre es interesante leer a Waugh. Quizá sea mejor que leáis una reseña muy amplia y detallada que me he encontrado buscando la foto de portada.
Si no recuerdo mal, la de la coronación de Selassie es la crónica periodística que Waugh fue telegrafiando en latín para evitar que los otros periodistas se la plagiaran, y que quedó sin publicar porque los receptores tampoco la entendieron, ¿no te suena?
ResponderEliminarSí, sí me suena, aunque no sé de dónde. Aquí hay unas páginas muy graciosas sobre lo que fueron transmitiendo varios reporteros sobre la coronación, todo inventado antes de que ocurriese.
EliminarA mí me gusta más "Merienda de negros".
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