El segundo día en Madrid tenía una hora, podía coger el Cercanías (qué bonito nombre para trenes, por cierto, cercanías; también me gusta en catalán: rodalies) en Recoletos, al lado, así que me fui todo contento a la exposición en el MAN de Tesoros Arqueológicos de Rumanía. Las raíces dacias y romanas. Yo, meses antes, había pensado que no lo llegaría a ver, pero sí, en este caso sí.
Tenían un montón de piezas, de pueblos que pasaron por lo que ahora es Rumanía, con la emoción añadida de la cercanía a Grecia, que se reflejaba en esos casos, como pasa aquí con los íberos, en una mejora clara de la belleza de la belleza de esas obras. Qué cosa Grecia: como brilla y cómo hace brillar.
Estaban los getas, los sármatas, los escitas, los tracios; también los celtas. Y colonias griegas en el Mar Negro. Y luego la conquista por parte de Roma, la Dacia y la región de Mesia.
Lo más antiguo era menesteroso, claro, arte como de las estepas, decoraciones sencillas, fíbulas, objetos para caballos, lo que te imaginas de los escitas y sármatas y gente así:
Qué curioso eso de poner en los cascos una cara encima de una cara... me temo que es banalizarlo, porque son muy bonitos, pero en lo que me hace pensar es en alguien disfrazado de "muñeco grande", de esos en que los ojos del disfrazado quedan en la boca del disfraz; léase cabezudos, léase Espinete.
ResponderEliminarPor eso hablan de cascos rituales: es como convertirse en otro; había tema de fondo.
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