jueves, 20 de mayo de 2021

Sin cierre perimetral 3: el monasterio de Rioseco en el valle de Manzanedo

El sábado nos fuimos a visitar las ruinas del monasterio de Rioseco, en el valle de Manzanedo, por donde pasa un Ebro todavía joven, pero que ya anchea mucho. 

Es un valle maravilloso. En mayo, más todavía. Está al norte, pasando el Páramo de Masa (nombre sociológico donde los haya), y cruzando un pueblo, Pesadas de Burgos, nombre parlante donde los haya: en las fiestas deberían las Charos organizar algo allí, discusiones entre ellas sobre feminismo, por ejemplo.

Tras la llanura casi lunar -pero ahora verde- llegas al Puerto de la Mazorra, a bajar curvas y curvas cerradas, pero con una vista grandiosa de un valle de película, el de Valdivielso (ya hablé de él, en 2008). Abajo, Valdenoceda. Cruzamos un desfiladero, que pensábamos luego recorrer andando, a la vera del Ebro, pero no dio tiempo.

Rioseco era un monasterio cisterciense. Fue víctima de la malhadada Desamortización. Lo están arreglando y las ruinas son muy bonitas. En partes, la maleza le da un aire de selva mesoamericana, dentro de su sobriedad entre románica y gótica y con claustro neoclásicos:







Me gustó especialmente esta balconada cubierta:




De uno de los claustros se veían muy bien los arcos y cómo se hacen:



En los capiteles había unas hojas de cinco puntas redondeadas;


Esta es una ventana muy curiosa:

1 comentario:

  1. Precioso, la verdad. Casi "me alegra" que haya algún monasterio así medio en ruinas porque, al contrario que las personas, tienen unas tripas muy bonitas; al menos en lo que duran antes de caerse o que las consolide algún restaurador.

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