jueves, 7 de diciembre de 2017

Jerusalén 23 - El Museo Rockefeller

El Museo Rockefeller, el gran Museo Arqueológico de la época en la que mandaban los británicos antes de la independencia, estaba cerca de la Puerta de Damasco y yendo allí tuve una insolación casi, aunque no quedaba lejos, pero es que fui sin gorra, que me tapaba la cabeza y sobre todo mis miedos a insolaciones. Yo creo que me acaloré porque tuve que pasar por una zona árabe y me asé por simpatía al ver a las pobres señoras con batamantas.

Por eso en realidad estuve poco a gusto allí. Era un Museo Arqueólogico a la antigua: vitrinas llenas de objetos y unos papeles a los lados. Muy difícil todo, sobre todo si llegas asado. Me da pena ahora no haberlo visto ni medio bien.

Esto son fotos de allí. Ya ni sé de qué eran y por qué las hice:




Este esqueleto de un hombre es de hace cien mil años. Es un homo sapiens arcaico y resulta que entre las manos tiene un trozo de yesca, que ha despistado a los arqueólogos, porque podía ser una herramienta o simplemente alguien se la había puesto después o había caído allí:




Un ternero de bronce en su templo, del XVII antes de Cristo, Estaba en principio recubierto de plata, como esos que en el libro de Isaías dice que tenían que destruir los israelitas.



Y doy un salto de tres mil años para poneros a unos Moisés y Aarón bien franceses, copias de capiteles de la iglesia de la Visitación de Nazaret, del siglo XII, cuyo original estaba en el Patriarcado Greco-Ortodoxo:






Por cierto que en el Patriarcado Greco-Ortodoxo estuvimos varias veces, porque uno quería consultar un manuscrito: nos marearon de todas las maneras posibles y no conseguimos nada al final. Esto es otro ejemplo más de por qué he llegado a tener tanta manía a los griegos actuales: no hay nada que hacer con ellos; nunca sabes a qué carta quedarte con ellos.

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