Salimos de ver los frescos de Piero y eran las siete, cuando cierra todo en Italia. Nada mal la primera jornada: Loreto, Urbino y Arezzo. Cumbres de Signorelli, Pedro Berruguete y Piero de la Francesca el mismo día. Fuimos andando, por hacer algo, y pasamos delante de una iglesia que no estaba cerrada. La portada era así:
Acabamos entrando, claro. Era la Badia delle Sante Flora e Lucilla. Junto a la puerta, nos dimos con este fresco de san Lorenzo:
Sonaba un montón a todo lo que habíamos visto. Era de Bartolomeo della Gatta, relacionado con Signorelli, con Piero, con todos ellos. Eran un fresco excelente, una figura de gran volumen y firmeza. Mirad más de cerca:
[wikimedia]
Apareció una señora, de esas que cuidan las cosas de la iglesia. Eran majísima, nos dio las luces, nos explicó cosas, una señora encantadora.
Por ejemplo nos puso en el mejor sitio para ver el efecto del falso techo, nada menos que de Andrea Pozzo, el de la iglesia de san Ignazio de Roma:
[wikimedia]
Da bien el pego, ¿eh?
La señora amabilísima nos enseñó también cuadros de Vasari, nacido en Arezzo, aunque no nos caía bien: tan grandes males hizo junto a los bienes de contar cosas de las vidas de los pintores. Ella nos habló de la iglesia delle Pieve, de una Virgen pequeñita que salvó a Arezzo de un terremoto y que se veneraba en la Catedral. Nos dio un montón de pistas.
Salimos, nos tomamos una coca-cola de efectos mágicos en nuestros revueltos estómagos por el zigzag del viaje y nos sentamos en la plaza, a descansar. Eran un poco de opereta, pero no, era bonita:
Esta es la iglesia delle Pieve, iluminada:
Y aquí cenamos, en esta Loggia que hizo nuestro amigo Vasari:
Al día siguiente, en la Catedral, vimos la tumba (también nos lo había contado la señora) de Guglielmo Ubertini, el obispo que hizo la Catedral y que también murió en una batalla. Su vida es de novela: allí estaba el báculo y la espada
Y cerca, otro fresco de Piero della Francesca, una Magdalena:
En la capilla de la Madonna del Conforto había Misa. Destaparon la imagen y cantaron el que supongo que era el Himno, precioso, a pleno pulmón. Es una imagen de cerámica de otra advocación, pero a la que atribuyen la salvación de Arezzo de un terremoto:
La capilla tenía altares de Luca della Robbia, muy buenos. Era todo muy bonito, pero nos teníamos que ir. Saliendo, así se veía esta torre de Arezzo:
Muy bonito el fresco de san Lorenzo. Si me lo permites, una aclaración: Andrea Pozzo pintó la bóveda de san Ignacio, no la de Gesú. Feliz viaje, que imagino que tus seguidores disfrutaremos hasta febrero.
ResponderEliminarCorregido, muchas gracias. El viaje lo voy a acabar de contar los primeros días de agosto, por suerte para todos.
Eliminar