Al día siguiente, de Arezzo fuimos a la Abadía de Monte Olivetto Maggiore: estábamos por la Toscana, no verde en realidad -era julio-, pero sí con esas lomas suaves de las fotos. Era sorprendente no sólo seguir viendo casas en los altos, como puestas para ser fotografiadas, con sus cipreses y sus olivos, sino también que las carreteras fueran por los bordes de las lomas, que las hacían sinuosas y de buenas vistas, pero al fin cansadas. O será que los españoles somos unos fuguillas, no sé.
Íbamos a esa Abadía, que resulta que es la cabeza de una rama benedictina propia, porque allí estuvo Luca Signorelli con otros pintando frescos del claustro. Acabó un lado, pero se fue a Orvieto y la mayor parte los acabó haciendo Il Sodoma, que hizo frescos muy vistosos.
De Sodoma pondré alguna cosa curiosa, como estos tejones que parece que tenía como mascotas:
[Los frescos de unos y otros tratan sobre la vida de san Benito. los tenéis muy bien en la wikipedia en italiano. Las fotos buenas las tomo de allí.]
Más bichos:
Pero si nos quedamos con Signorelli y los pintores que estaban con él (uno de ellos español), de primeras no son tan vistosos, pero son más hondos.
Aquí el demonio, que es muy remalo, está sobre una piedra, impidiendo que la muevan:
Esta escena impresionante, de dos monjes que se han escapado a jartarse de comer a una fonda:
Detalles como esta mujer:
O esta otra. Los colores estaban más perdidos, pero fijaos en el dibujo:
O esta escena con guerreros:
O esta otra también muy abigarrada:
Acabamos hablando con un monje. Nos llevó a una sala con un mueble gótico:
Y nos contó que hubo monjes españoles allí en el siglo XVI, por ejemplo un tal Antonio Vázquez, que hizo esta enorme madonna bizantinizante:
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