La Iglesia de Vadocondes tenía mucho que admirar, mirándolo como estábamos con buenos ojos, los del sacristán, que nos iba contando las reformas que habían ido haciendo.
Primero nos llevó a la base de la torre, que tenía una escalera de caracol que era una maravilla de precisión, a base de bloques únicos de piedra, labrados para encajar en 3D en un mecano circular perfecto. Yo le hice una foto desde abajo (fijaos en el agujero del centro, que es lo que marcar la dirección hacia arriba), pero creo que no conseguí reflejar lo elegante y preciso que era en conjunto:
Esta pila bautismal renacentista era muy esbelta, muy elegante también:
Había dos buenas imágenes que encontraron al picar la pared (sí, habían cometido el error de picar la cal de las paredes, que no se merecían esa desnudez imprevista, pero en estos años todo el mundo se dedicó a quitar el encalado, conviniera o no). El hecho es que encontraron un hueco y dos imágenes excelentes de la Virgen. Es como en tantas leyendas por toda España, pero en este caso en 1997. Quizá las taparan en la Guerra de la Independencia, no saben. Una era gótica, la otra renacentista:
Este carromato del XIX, con ruedas y volante dentro, con espacio arriba arriba para las imágenes de san Cosme y san Damián es como estilo imperio de pueblo. Me hizo un montón de gracia:
Decía que esto era uno de los dos que les quedaban de un Via Crucis completo. Es flamenco, como veis, muy bonito. Y si lo pueden restaurar, mejor quedará:
Y ahora, como me fijo hasta en las casullas, me llamó la atención esta, que tiene un medallón muy bueno en el centro, aunque con cinco siglos encima, a ver quién aguanta impoluto:
No hay comentarios:
Publicar un comentario