Adelante. ¿Qué más habéis de negar? También la voluntad, vuestros apetitos, vuestros deseos, vuestras malas inclinaciones, todo lo habéis de dejar, si a Jesucristo habéis de seguir. ¿Quién hay que se escape de estas faltas? ¿Quién hay que no tenga un remordimiento? ¡Oh que hizo esto fulano conmigo! ¡Oh, que no me habló como suele! ¡Oh que no me quitó la gorra! ¡Oh que no sé qué! Nunca faltan mil miserias. Quitarás todo eso. No ha de quedar nada: blanco, liso como un pergamino que tiene despegada toda la carne para escrebir, has de quedar. Quita esas malicias, esa mala condición; quita todos esos males si ha de escribir Dios en tu ánima su sabiduría y los dones de su gracia (3.1051.13).
miércoles, 10 de mayo de 2017
Pergaminos raspados
Justo hoy, el santo del santo, algo de san Juan de Ávila:
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