Yo la ilusión que tenía ayer, de camino a Caramiñal, era poder ver por primera vez cruzar como una exhalación el AVE por el nuevo recorrido de Catoira, cruzando la ría.
Llamadme infantil, pero así era.
No hubo suerte: en cambio tuvimos unos rayos tremebundos electrizantes.
Y yo, que leía con interés las críticas de hace años al AVE, ahora me fastidia que propongan quitarlo justamente cuando en Galicia empezamos a tener infraestructuras medianamente normales. Me salto los datos económicos y me fijo en lo que apoya mi lado.
Pero ¿por qué solo hay críticas (en Madrid y Barcelona, of all places) cuando se habla de infraestructuras en Galicia, eh?
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