Estoy leyendo un nuevo volumen de Pensamientos despeinados, de Stanisław Jerzy Lec. Tiene algunos excelentes (y, al menos en esta antología, otros prescindibles).
Yo lo conocía por verlo citado en el blog de Enrique (que se acordaba de la primera traducción, de Emilio Quintana - y mirad qué gran artículo este de Emilio sobre Lec).He repasado los que me he ido apuntando y resulta que la mayoría tienen que ver con el sacrificio:
El cangrejo enrojece después de morir. ¡Qué ejemplar sutileza la de la víctima! (15.4)
Sé bien por qué se dice que los judíos son tan ricos. Pagan por todo. (22.6)
¡Si se pudiera ordeñar al chivo expiatorio! (23.6)
"De una sola cruz salen dos horcas", dijo el experto con desdén. (31.2)
Los títeres son más fáciles de convertir en ahorcados: ya vienen con la cuerda. (31.5)
Las hogueras no convierten la oscuridad en luz. (31.6)
Hasta los sesos de ternera saben cómo gustar a los humanos. (58.3)
¿Oís ese balbuceo? Es el coro de las consonantes tras el exterminio de las vocales. (74.1)
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