viernes, 30 de enero de 2015

Cristalina, líquidez, dulzura

No soy poeta, no sé cómo juntar en una frase esas tres palabras, pero es lo que se me ocurre al oír a Julia Lezhneva en esta composición que Haendel hizo para las carmelitas en Roma:

O nox dulcis, quies serena Noche dulce, reposo sereno,
Carmelitis sis longa, sis stabilis. sé larga para las carmelitas, sé estable.
Non te turbet tristis Megaera Que no te turbe la triste Megera
dum Mariae lux nitet amabilis mientras la luz de María brille amable.



Miradla aquí, en este fragmento de lo mismo, pero viéndola cantar:



Yo puedo presumir de haber estado cerca de Julia Lezhneva. La oí en esta ocasión (de ahí salió un disco) y ya daba que hablar. Creo que entonces la criatura tenía 17 años.

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