San Josemaría decía que en el Opus Dei nadie es indispensable, pero a mí se me hace como que él sí que lo era.
Cariño, respeto, paz: eso era lo que te transmitía siempre que hablabas con él.
Nuestro endocrino común me lo ponía siempre de ejemplo: -Haz como Guillermo, me decía. Pero yo seguía tirado en el sillón y él estaba dispuesto a hacer deporte lo antes posible después de superar la enésima sesión de quimio o radio.
Guillermo me decía, cuando me quejaba yo de que me aburría andar 'por andar', que podía aprovechar para rezar el rosario: y eso era lo que hacía él. Justo eso hicimos hace una semana, la última vez que le vi: rezar el rosario, esa oración siempre a mano y la última, pero él acostado, agotado, consumido.
Guillermo me decía, cuando me quejaba yo de que me aburría andar 'por andar', que podía aprovechar para rezar el rosario: y eso era lo que hacía él. Justo eso hicimos hace una semana, la última vez que le vi: rezar el rosario, esa oración siempre a mano y la última, pero él acostado, agotado, consumido.
Vaya, lo siento. Un abrazo.
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