sábado, 29 de marzo de 2014

Guillermo Apellániz

Ha muerto hoy, consumido por una enfermedad que ha padecido los últimos ocho años. Era el subdirector de la Delegación del Opus Dei en Galicia. 
San Josemaría decía que en el Opus Dei nadie es indispensable, pero a mí se me hace como que él sí que lo era. Cariño, respeto, paz: eso era lo que te transmitía siempre que hablabas con él. 
Nuestro endocrino común me lo ponía siempre de ejemplo: -Haz como Guillermo, me decía. Pero yo seguía tirado en el sillón y él estaba dispuesto a hacer deporte lo antes posible después de superar la enésima sesión de quimio o radio.
Guillermo me decía, cuando me quejaba yo de que me aburría andar 'por andar', que podía aprovechar para rezar el rosario: y eso era lo que hacía él. Justo eso hicimos hace una semana, la última vez que le vi: rezar el rosario, esa oración siempre a mano y la última, pero él acostado, agotado, consumido.

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