miércoles, 15 de octubre de 2025

De camino a Almodóvar del Campo - El Reina Sofía I

A Almodóvar del Campo me iban a llevar en coche desde Madrid. Llegué en tren hasta Chamartín, lo más cerca que he estado del bombardeo de Dresde. No sé cómo conseguí llegar a la línea 1 del Metro. Dentro estábamos como chinches y hubo una parada de varios minutos que daba muy mal rollo, mientras todos sudábamos, pero por suerte continuó la circulación y llegué a Atocha. 

Yo, en el tiempo que tenía en Madrid, había decidido ir al Reina Sofía, 16 años después, a ver qué veía. Por suerte, la tercera planta de la colección está en reordenación, así que eso que me quité, el arte más contemporáneo, supongo; y más peor, sospecho. Lo que vi fue la colección en la segunda planta, pero entrando por el edificio de Nouvel (que está envejeciendo pésimamente, por cierto). No sé si eso me dio una perspectiva psicodélica de la ordenación, caso de que existiera: comencé con una sala de arquitectura de los años 30 y luego di en el surrealismo. Fue como una experiencia psicotrópica, pero no especialmente placentera: era ver todo tipo de materiales (libros, planos, carteles) y algunos cuadros, todos en una especie de dinámica "pues también somos Uropa" que te llevaba de una sala con cosas de Mayakovsky, el poeta ruso, a otra con carteles anarquistas de Madrid. Tó mu loco, la verdad.

Yo no vi el hilo, pero quizá es que entré por el edificio de Nouvel, ya digo. No eran cuadros, eran temas: el GATEPAC, por ejemplo, o Ramón Gómez de la Serna o el anarquismo. Todo desafiaba mis presuntas intuiciones de criterios museísticos: fue fascinante a su modo. Yo le hacía fotos a cosas. Alguna pondré aquí, como esta portada de 1937 de Mauricio Ámster, que no sé si me gusta, pero que por la fecha, el autor del libro y el autor de la portada es significativa, como el 99% de la colección: nada especialmente bonito o memorable, pero significativo a su modo de corrientes, ideas, movimientos. Sí, sí, ya lo digo: fue un error ir al Reina Sofía.


Le hice otra foto a esta estampa de la serie de la Declaración de Principios de la República Española, de Josep Renau, con textos que no se creía ni él, salvo cuando se trasluce la amenaza, como aquí:

Volvió a impresionarme esta foto del niño miliciano, de CHIM (David Seymour). Me conmueve, el pobre, y me recuerda a tanta España sufriente:

No hay comentarios:

Publicar un comentario