Era una película que no había visto. Es toda Giulietta Masina y todo gira alrededor de ella. Fellini crea un imposible: la ingenuidad real en un ser profundamente manchado, la inocencia que sobrevive en alguien herido.
Esta escena de la hipnosis es maravillosa, de cabo a rabo. Nos la presentan en toda su ingenuidad:
La romería al Divino Amore es además un documento impresionante sobre la piedad popular. Me acordé de Los jueves, milagro de Berlanga: en las dos hay un registro de religiosidad popular que no es maltratado, sino observado, y eso es muy raro de encontrarlo después.
También el final es tremendo y maravilloso. Pero tremendo. Y maravilloso. En el momento más bajo, verse rodeado por la alegría. Sí, es un final maravilloso y tremendo,
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