En la Segunda Parte de la Monarquía mística fray Lorenzo de Zamora, hablando del apetito irascible, recuerda el pasaje del Evangelio de que "os envío como ovejas entre lobos" (Mt. 10.16):
Mucho celebró la antigüedad aquel proverbio que refiere Plauto: Homo homini lupus, que un hombre para otro no es hombre a veces sino lobo: y exagerólo poco, pues como dice san Ambrosio, Lupi coetus hominum timent, los lobos temen las juntas de los hombres y huyen, pero un hombre indignado por las puntas de las picas hace para sus venganzas camino y así Cristo no dice que es como lobo para el hombre, sino para la oveja que no tiene fuerza ni maña para huir de la inclemencia de sus presas (1603, 591).
Esto es de 1603, lo de Hobbes es de 1642. Yo no he leído a Hobbes y no sé cómo interpretaba en realidad la frase de Plauto, más allá de la ideal general que tiene todo el mundo, pero preventivamente me quedo con la de fray Lorenzo de Zamora, aunque también tiene más vueltas de lo que parece: precisa que es el hombre, pero el hombre airado, el que puede ser un lobo, pero con las ovejas más débiles.
La frase completa de Plauto encierra una gota de esperanza : «Lobo es el hombre para el hombre, no hombre, cuando no sabe quién es el otro»
ResponderEliminarMuy interesante la frase, qué curioso
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