Después de pasar dos horas, entre las nueve y las once de la mañana en la Acrópolis, bajé y me fui al Museo, que resultó ser una maravilla, un edificio muy adecuado para exponer todo lo que se ha ido encontrando en las excavaciones de la Acrópolis y para guardar partes delicadas, como las Cariátides o las metopas. Es un complemento excelente de la visita.
Al entrar había maquetas. La primera, del 1200 a. C., con edificios mínimos y un muro poderoso:
Esta es del 480 a. C., a punto de que lo destrozaran todo los persas. Estaba el Partenón sin acabar y detrás el templo de Atenea Políade, del que ahora quedan ruinas junto al Erecteo.
Esto es ya del momento de esplendor tras las Guerras contra los persas, con el Partenón construido, el Erecteo y los Propíleos. El teatro es ya muy grande:
Esto es de los siglos II-III d. C, con el Pórtico de Éumenes y el Odeón abajo:
Y esto es del siglo XV d. C., cuando el Partenón era una iglesia:
Ibas entrando al Museo y te ponían lo que habían encontrado por las partes más bajas, en cuevas, en pequeños santuarios. Había cerámica geométrica, siempre tan elegante:
Había lámparas encontradas en bloque:
Esto es una mesa sacrificial (350-325 a. C.). El muerto aparece en un relieve en conversación con filósofos:
Esto es el cepillo del templo de Afrodita Urania, para pedir un matrimonio feliz:
Subiendo al primer piso estaban los restos del Hecatómpedo, el templo previo al Partenón, destruido por los persas. Esto es de unas metopas:
Esta leona comiéndose un becerro es del frontón este (570 a. C.)
Estos caballos son de una metopa
Me gustó también esta maqueta de cómo iban poniendo los bloques de mármol entre las columnas:
Muy enriquecedor
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