Fui con pocas ganas, pero volví contento, como siempre me pasa, de la procesión del Corpus Christi.
Me he puesto a buscar en el blog: comenté aquí la de 2005 y también la de 2006, y además di unas pinceladas de la de 2011 y luego de otra por dentro, en 2012. Con todas ellas se podría hacer un relato común de cómo suelo contarlo: primero digo que me cuesta ir, luego muestro sorpresa de que la procesión vaya entre gente que está en las terrazas como si nada, luego me llama la atención algún detalle de piedad que me impresiona (ayer fue varias personas de rodillas en varios momentos, en medio de la calle) y acabo pensando en que allí estaba una minoría.
El hecho es que hace años la procesión acababa en el Obradoiro y no se llenaba y ahora la hacemos en Platerías, que es mucho más pequeña. Pero ayer había más gente que la última que recordaba.
La presencia institucional era mínima: la repercusión pública del Corpus es en Santiago cada vez menor; es una ciudad escindida entre los que asisten a las celebraciones religiosas, un grupito menguante, y los que ni saben qué/que es el Corpus, ni del lado izquierda/nacionalistas ni del de la derecha/paganillos. Autoridades solamente había una; por no estar ni estaba la Banda Municipal, sino la de una cofradía.
La gente yo creo que piensa que Santiago es una ciudad religiosa, incluso levítica, y qué va: es una ciudad pagana que resulta que en medio tiene una Catedral y muchos peregrinos, para los que hace restaurantes y bares y de los que luego se queja, que esa es otra.
Me da la impresión, de que salvo en algunos sitios, Toledo y alguno más, en general la procesión del Corpus está en declive, lo cual ,más que una lástima, es una tragedia. En Málaga las de Semana Santa, ganan por goleada, con las turbas llenando las calles con un efervescente "fervor"cofrade y escribo efervescente, porque dura lo que la procesión: ni un minuto más. En cambio cuando Cristo mismo, no su imagen, sale a las calles, puedes verlo y adorarlo con comodidad, sin apretones. Todo esto es muy indicativo de por dónde van los tiros en materia de religiosidad y cuán de cartón piedra, salvo algunas excepciones, es la religiosidad cofrade. Al menos todavía nos dejan sacarlo a la calle. Al tiempo. Por aquí lo mismo que en Santiago: mayor asistencia, pero insuficiente, público indiferente junto a detalles de fervor auténtico.
ResponderEliminarYo nunca había estado, pero el domingo, al coincidir con la primera comunión de mi hijo, pude participar en la celebración litúrgica en primera fila, y después acompañar la procesión. Dentro de que fue una celebración "moderna", al menos se cantó también el "Pange lingua" en latín y pude entrever parte de la grandeza de esta fiesta.
ResponderEliminarEn Tortosa sale a pasear la Cucafera.
ResponderEliminar