Este fin de semana estuvimos por el valle del Arlanza, allí está el monasterio, tan asociado a Fernán González y los orígenes de Castilla. Como tantos otros, la desamortización lo dejó abandonado y ahora lo han recuperado parcialmente, en lo que se puede; esta es la cabecera de la iglesia, con restos de elementos góticos arriba:
No muy lejos está la ermita de san Olav, que materializa una promesa del siglo XIII, pero en pleno siglo XXI, a una princesa noruega que acabó en Covarrubias enterrada. Es una especie de nave espacial, con una torre al fondo (más fotos aquí). No pudimos verla por dentro. A mí me gustó
Esta es la puerta
¿Qué te gustó de San Olav?
ResponderEliminarMe gusta la estructura de metal y que esté oxidada; me gusta la cabecera con la ventana, los detalles de la puerta. La ermita está en un sitio excelente y aunque parece un bloque extraño, a mí me hizo gracia, aunque entiendo que pueda parecer un edificio feo.
EliminarParece que vas a contraer el tétanos con solo mirarla. Es de esas cosas que quitan la fe. Como las pinturas de Kiko Argüello o el Aula Paolo VI, del Vaticano. No sé. Debo ser una paleta de tomo y lomo. O una filistea.
ResponderEliminar¿Esto está consagrado?
A mí, en cambio, me gusta. Los ejemplos que pones como paralelos no les veo nada en común
EliminarEs feísmo eclesiástico en estado puro. Cada uno en su estilo.
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