miércoles, 15 de junio de 2022

Orense y Barcelona 10 y último - la Catedral y el Museo Diocesano 2

En el Museo Diocesano, por si no era bastante, otro piso lo ocupaba una exposición "sobre mujeres", con pintura a caballo entre el XIX y el XX, de pintores buenos como Ramón Casas o Nonell, pero con obras no especialmente brillantes. De destacar algo, un desnudo de Benjamín Palencia. Yo lo que me preguntaba era qué pintaba esa exposición en el Museo Diocesano, pero debe de ser que soy un rancio. Mirando, he dado con una noticia que lo explica todo: han reutilizado una exposición que ha ido recalando por otros sitios, le han puesto un cuadro de una monja y otro de "una laica" y ya está, arreglao, pa'l Museo Diocesano.

Luego también había una exposición sobre el Corpus en Barcelona, con este cuadro chulo de 1793, en el que se detalla el orden de asistentes:

Aquí, más en detalle:


Lo que yo me esperaba, lo más habitual de lo que me imagino yo que es un Museo Diocesano, estaba en realidad metido en dos salas. Unos frescos románicos, unas lápidas, objetos litúrgico: lo que yo hubiera querido ver en mucha más cantidad. Os pongo solamente esta cruz de cristal de roca:


Y de allí me fui a la Catedral. El guarda de seguridad que la vez anterior me había dejado pasar sin más, esta vez pareció interesarse por una cremallera rota en mi mochila pero luego resultó que quería que la abriera y se puso borde y me amenazó con pasarme el detector por el cuerpo; yo le dije que a ver si iba a tener que presentar una queja y qué era aquello. No sé por qué para entrar en las catedrales tienen que mirar todas las mochilas (pasa también en Santiago): si los yihadistas quieren poner una bomba, bastaría con que la dejasen junto al muro. Todo el presupuesto de la Catedral se debe de ir en guardias de seguridad y chicas que no saben lo que se celebra allí, pero venden entradas.

La Misa fue en una capilla lateral, que luego me enteré de que era del santo Cristo de Lepanto, en catalán, muy cuidada, muy bien. Salí de la capilla, me encontré que me podía colar por la Catedral y lo hice, teniendo en cuenta que me había sentido un poco timado en el Museo Diocesano, donde había pagado ocho euros. A los guiris, que les cobren 15 euros. Fui mirando las capillas laterales, había un montón, algunas con retablos góticos excelentes. Por ejemplo este de Bernat Martorell:


Salí al claustro, con gansos que tanto llamaron la atención a Flannery O'Connor: de hecho es lo único que menciona de su parada en Barcelona en su único viaje a Europa. 

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho mucho la tabla de la procesión del Corpus. Y la catedral de Barcelona parece tener mucha más chicha de la que yo le suponía (por pura ignorancia); intentaré acercarme la próxima vez que vaya.

    ResponderEliminar
  2. En el Corpus, lo suyo es ir a ver la tarasca. Cucafera no hay.

    ResponderEliminar