De las que vi, me llamaron la atención estas tres lápidas funerarias. La primera por lo "geométrica", del Museo Arqueológico de La Coruña. Un padre la dedica a su hijo Primiano, muerto con 25 años:
En cambio esta otra es bien señorial y de letras elegantes. Es la lápida funeraria de Atio Atiano Rufino Seilense, de 22 años, que le dedicaron su padre Atio Rufo y su madre Sabinula:
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