jueves, 3 de febrero de 2022

Cómo lo veo desde aquí

Está siendo muy cansino lo de Eurovisión. Aquí los periódicos y todas las autoridades convirtieron a las representantes locales en las portadoras de la sagrada llama. Yo había oído en Navidades una canción suya de hace tiempo y estaba bien, en la línea de revitalización de la tradición popular. Ahora las han elevado al rango de María Pita y Rosalía de Castro todo junto. Me he acordado de aquel delirio de tiempos del Prestige: aquella orgía de autocompasión con la Galicia asoballada, los gritos de complot contra Galicia. Un tostón.

En la puerta de mi Facultad, me hizo gracia este cartel de las juventudes del Bloque:


Ay, qué emocionante debe de ser creer que simplemente con poner el foco en Galicia se arreglaría todo.

5 comentarios:

  1. Ah, y el secreto del apoyo popular. Han introducido la cuestión en los colegios, al menos en el de mis hijos, promoviendo que los niños participen en las votaciones. Hace unas semanas me llamó la atención que venían hablando de artistas para mi desconocidos a los que habían estado escuchando en el cole. Y unas semanas después me vienen del cole enfadados por no sé qué injusticia que les han hecho a los "nuestros".

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    1. Interesante lo que cuentas, que se une a campañas de votaciones cuasi-institucionales.

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  2. Acabo de leer en un periódico local que aquí en Asturias, nuestro estimado gobierno autonómico está preparando conmemorar la batalla de Covadonga "con un enfoque de igualdad y respeto". Sólo leí el titular y no tengo intención de leer más allá, no sea que me entere de que ganan los moros.

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    1. Yo estoy aprendiendo a no leer lo que sé que me revolverá el estómago: es un ejercicio difícil, pero necesario.

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  3. Yo prefiero leer el Eclesiastés.

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