martes, 9 de marzo de 2021

Mi actual posición política

Esto lo puse ayer en twitter en forma de hilo. Hoy lo he revisado y aquí lo pongo:

Supongo que la cuestión es si nuestra sociedad es de individuos primero o de familias primero. No sé si podríamos poner a Platón en un lado (en la República sacrifica la familia a su designio total) y a Aristóteles en otro. También puede ser que Platón estuviese mostrando los extremos a que puede llegar una economía y una política planificadas hasta el extremo. En cualquier caso, ya nos bastó el comunismo soviético para ver cómo funcionan los sistemas que se toman en serio la planificación por encima de la familia.

Por otro lado, el enfoque liberal extremo ve la familia como receptáculo mínimo, pero prescindible. Heredó un marco conservador, pero cuando la familia tradicional se ha hundido, ya funciona sin ella. A mí me da pena, porque miraba la economía liberal con simpatía.

Yo creo, con Aristóteles, que una sociedad se forma a partir de unas familias y está para el mejor desarrollo de estas. Ese es el fin, no tener electrodomésticos o más coches. La plenitud de la familia se da primeramente en los hijos y sobre ellos debe volcarse esta, pero también las comunidades formadas por familias y el estado como garante del bien (no exactamente el bienestar) de las familias.

Cuando llegamos a la situación actual de un estado complejísimo, tendríamos que desear recuperar un marco similar, al menos como propósito político: que la sociedad mejore, en todos los aspectos, pasa por apoyar a la familia como prioridad absoluta.

Lo que hay que proponer es una sociedad que facilite a los padres poder tener hijos y que puedan cuidarlos del mejor modo posible.

La sociedad actual, seguramente por la primacía del individuo en la sociedad liberal, ha primado a los individuos sobre las familias. Muchas mujeres han considerado que era preferible un visión individualista de lo que considerar su fin vital en la sociedad por encima de la familia. Muchos hombres han preferido un marco de relaciones sexuales más laxas, para no preocuparse del bien de sus hijos como prioridad. En ambos casos, se acaba en fracaso, frustración y sin hijos.

Yo cada vez veo más claro que hay que apoyar a las familias, porque el hecho es que ahora no pueden salir adelante solas. Todo está pensado contra ellas. El gobierno acaba de aplicar sus primeros recortes perjudicando sobre todo a las madres de más de dos hijos en sus pensiones.

Nadie llega ahora mismo a más que a proponer más plazas de guardería. Es este el paradigma, o quizá es que es lo único que se le ocurre a quien tengo más cerca para fijarme, a Feijoo. Ante cualquier cuestión en ese ámbito saca solamente el tema de las guarderías.

Yo creo que podrían algunas madres o algunos padres dejar de trabajar, o permanecer siempre en casa, cuidando a los hijos. Para ello, si necesitan ayudas del Estado, bienvenidas sean. Este creo que es el mayor cambio que he dado en los últimos tiempos en mi modo de pensar. Yo pensaba que había que reducirles impuestos, claro, pero me parece que eso no llega ni de lejos: por muchas deducciones que haya del IRPF, los hijos todavía necesitan comer y la realidad de los sueldos es la que es.

Tampoco quiero que se suban los impuestos. Quiero que haya una redistribución seria, un giro copernicano, haciendo prioritario esto. Por ejemplo, de los miles de millones que se van a gastar en la "transición ecológica", de resultados más que dudosos, quiero que dediquen una buena parte a dar dinero a las familias. Esto ha sido una propuesta reciente de Romney: dar un dinero concreto a cada americano por cada hijo. No quitar impuestos, no: dar dinero a quien tenga un hijo.

Seguramente me han acabado influyendo mucho varios pensadores americanos: Deneen, Pecknold, Ahmari. 

Aquí pongo varios enlaces:

1. Enrique García-Máiquez, Hungría, campeona en la batalla por Europa.

2. Gladden Pappin, Toward a Family Wage.

3. Patrick T. Brown, Conservatives Need A Pro-Family Agenda Beyond Tax Credits.

4. Erika Bachiochi, The Merits of Romney's Pro-Family Policy.

4 comentarios:

  1. Buena entrada. Como padre de familia numerosa, cuatro hijos entre los veintidós y los dieciséis, me parece que puedo opinar con algún conocimiento. Lo de las ayudas a las familias en España, es un insulto a las familias y al sentido común. Al año no obtengo más de dos mil euros de ayudas públicas directas: ciento cincuenta euros mensuales de la Agencia Tributaria o si no los quiero recibir su desgravación en el IRPF y una miserable bonificación de 90 euros en el IBI de mi vivienda familiar. La Universidad de Navarra me descuenta el doble, casi cuatro mil euros, de la matricula de mi hija. En muchos países europeos, recibiría muchísimo más. El problema de la familia, no es el dinero, ni se va a arreglar con mayores ayudas, aunque sea una cuestión de justicia que las recibamos, como la reciben muchísimos colectivos (qué poco me gusta esa palabreja). La cuestión es que la sociedad actual egoísta, hedonista y todos los "istas" peyorativos que se le puedan ocurrir a uno, no está interesada en el compromiso, en el sacrificio, etc, y una familia es imposible sin esos ingredientes. La familia es escuela de virtudes, pero la virtud requiere esfuerzo y la sociedad en que vivimos no quiere ni ir hablar de todo eso. A los hijos se los ve como un incordio, un mal rato que hay que pasar cuanto antes, por eso se tienen solos dos y ya ni eso, para luego poder vivir uno su vida. Se prefiere a las mascotas, como mucho viven quince años y te las puedes dejar en una residencia para irte de vacaciones con tu pareja de ese semestre. En cuanto a la idea de ser fiel al consorte, de eso mejor ni hablar. La crisis de la familia es consecuencia directa de la bajeza moral del mundo actual. En definitiva: dar dinero no va animar a nadie a tener más hijos y si uno quiere tener hijos, el dinero no es un problema, al final te las apañas, haciendo malabarismos, eso si, y no sigo porque me estoy calentando. Perdón por este extenso comentario.

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    1. Pues es muy interesante tu comentario. Mi texto iba en esa línea: por qué tienen que cargar con todo el peso las familias, a cuenta de una sociedad que se rige por el egoísmo. Lo de reducir las contribuciones a las madres de más de dos hijos, que ha hecho el gobierno hace poco, me parece de una inmoralidad tremenda.

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  2. Yo venía aquí a decir que la solución no pasa por el poco o el mucho dinero que reciban las familias, pero Vicente en su comentario ha expresado muy acertadamente lo que me disponía a escribir.
    Quienes ya tenemos una edad sobre nuestras espaldas y hemos vivido la España de postguerra y la España actual nos damos cuenta que el problema que existe hoy con las familias y los hijos no es económico sino de la "bajeza moral del mundo actual" como muy bien apunta Vicente. Y ojo, que la familia y los hijos no son las únicas víctimas.
    ¿Será tal vez que cuando las sociedades alcanzan un determinado nivel de bienestar económico la moral desaparece?

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    1. Yo no voy a las causas. El hecho es que el Estado lo ocupa prácticamente todo y tira el dinero en cosas estúpidas: que lo diese a quienes tienen hijos sería una señal de que las prioridades habían cambiado. El hecho es que una familia difícilmente puede tirar para adelante y dar una buena educación a sus hijos, sobre todo si tiene más de dos.

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