Supongo que lo oí en el programa de Armonías Vocales dedicado a Fauré. Es una maravilla que hizo con 18 años. Impresiona:
Y todavía es más emocionante leído con el texto de la Vulgata delante: oír quejarse al que no quiere cantar en el destierro de Babilonia, aunque le piden los que lo han llevado allí que lo haga.
Yo ya en 2006 me acordaba de ese salmo, porque leí un texto precioso sobre el estar en tierra extraña, citado por Unamuno del padre Sigüenza.
Encima de las corrientes
que en Babilonia hallaba,
allí me senté llorando,
allí la tierra regaba,
5. acordándome de ti,
¡Oh Sión!, a quien amaba.
Era dulce tu memoria,
y con ella más lloraba.
Dejé los trajes de fiesta,
10. los de trabajo tomaba,
y colgué en los verdes sauces
la música que llevaba,
poniéndola en esperanza
de aquello que en ti esperaba. (...)
30. entre quien cautivo estaba;
preguntábanme cantares
de lo que en Sión cantaba:
Canta de Sión un himno,
veamos cómo sonaba.
35. Decid, ¿cómo en tierra ajena
donde por Sión lloraba,
cantaré yo la alegría
que en Sión se me quedaba?
Echaríala en olvido
40. si en la ajena me gozaba.
Con mi paladar se junte
la lengua con que hablaba,
si de ti yo me olvidare,
en la tierra do moraba.
45. ¡Sión, por los verdes ramos
que Babilonia me daba,
de mí se olvide mi diestra,
que es lo que en ti más amaba,
si de ti no me acordare,
50. en lo que más me gozaba,
y si yo tuviere fiesta
y sin ti la festejaba!
¡Oh hija de Babilonia,
mísera y desventurada!
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