Caroline Gordon, una novelista sureña, conversa, que había estudiado Clásicas, leyó en borrador Sangre sabia, la primera novela de Flannery O'Connor y la tomó bajo su ala, lo mismo que a Walker Percy: a ambos les ayudó un montón, como la gran esperanza novelística católica (y lo fueron) aunque cada uno de los dos, de fuerte personalidad, le hacía caso relativamente, sin renunciar a su criterio personal. El hecho es que Flannery O'Connor le estuvo siempre muy agradecida, sobre todo en sus correcciones en cuestiones de técnica: estilo indirecto, punto de vista del narrador y los personajes, cosas así.
Uno de los primeros consejos que le da Gordon a mí me ha gustado un montón. Le explica que a la gente normalmente no hay que obligarle a hacer un esfuerzo extra al leer, sobre todo cuando se trata de ficción, y le da un consejo de un anciano predicador negro, que me siento incapaz de reproducir en sus aspectos más coloquiales:
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La cita en una carta del 13.11.1951 en Christine Flanagan, The Letters of FLannery O'Connor and Caroline Gordon, Athens Ga., 2018, p. 26
Uno de los primeros consejos que le da Gordon a mí me ha gustado un montón. Le explica que a la gente normalmente no hay que obligarle a hacer un esfuerzo extra al leer, sobre todo cuando se trata de ficción, y le da un consejo de un anciano predicador negro, que me siento incapaz de reproducir en sus aspectos más coloquiales:
First I tells 'em I'm going to tell 'em, then I tells 'em, then I tell 'em I done told them
Primero les digo que voy a decírselo, luego se lo digo, luego les digo que he acabado de decírselo.
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La cita en una carta del 13.11.1951 en Christine Flanagan, The Letters of FLannery O'Connor and Caroline Gordon, Athens Ga., 2018, p. 26
Te voy a decir que es un consejo buenísmo, buenísimo, tan bueno tal y como te lo he dicho.
ResponderEliminarTe voy a alabar el modo de decirlo: te alabo por cómo lo has dicho y ya he dicho que lo he dicho.
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