Desde el cementerio inglés nos acercamos a la Sinagoga, porque yo soy muy de visitar sinagogas. El que venía conmigo en el paseo no quiso entrar, así que me quedé con las ganas. Es de esas que se construyeron entre el XIX y el XX por toda Europa en un estilo ecléctico, en tensión entre lo gótico y lo bizantino (pero ambos cristianos), y lo oriental (que tampoco eran ellos, pero en algo se tenían que refugiar, con esos guiños a lo ruso, a lo árabe, a lo mudéjar):
Al menos el paseo nos llevó al lado de santa Croce, así que nos asomamos otra vez a ver desde la puerta la incomparable capilla Pazzi.
Al menos el paseo nos llevó al lado de santa Croce, así que nos asomamos otra vez a ver desde la puerta la incomparable capilla Pazzi.
A lo largo del Arno, casas burguesas y los templos de la progresía: los horrorosos contenedores, multiplicándose en múltiples usos para distintos tipos de basura:
Y yo no contaba con ello, pero del otro lado del río, donde desemboca el Ponte Vecchio (al que llegamos por el otro lado y así nos libramos de cruzarlo), estaba una iglesia con un cuadro de Pontormo que hasta me hizo gracia (no soy muy de los manieristas, por eso lo digo). La cosa es que tenía ritmo y los colores, que deberían echarme atrás, le daban intensidad:
Una buena foto de wikimedia para que no os quedéis con las ganas:
Es como azucar en vena, pero he visto cosas mucho peores. Aquí al menos hay ritmo.
Y yo no contaba con ello, pero del otro lado del río, donde desemboca el Ponte Vecchio (al que llegamos por el otro lado y así nos libramos de cruzarlo), estaba una iglesia con un cuadro de Pontormo que hasta me hizo gracia (no soy muy de los manieristas, por eso lo digo). La cosa es que tenía ritmo y los colores, que deberían echarme atrás, le daban intensidad:
Una buena foto de wikimedia para que no os quedéis con las ganas:
Es como azucar en vena, pero he visto cosas mucho peores. Aquí al menos hay ritmo.
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