martes, 29 de octubre de 2019

Por Italia 36 - Florencia 17 - El Museo arqueológico 2 - más Grecia

Aunque sólo tuviera el Vaso François ya merecería la pena el Museo Arqueológico de Florencia, pero es que estaba lleno de cosas interesantes, por ejemplo el Sarcófago de las Amazonas, traído de Grecia por etruscos, que lo utilizaron como tumba, con una inscripción propia y la colaboración de artistas griegos del sur de Italia. Es de los pocos ejemplos que quedan de pintura griega:










Luego estaba el «Idolino» de Pesaro, al que en el Renacimiento le pusieron un pedestal:



La inscripción es nada menos de Pietro Bembo, uno de los más grandes humanistas: ut potui huc veni Delphis et fratre relicto: «cuando pude vine aquí, dejando Delfos y mi hermano [=Apolo]».



Es una copia romana de un original griego, quizá de Policleto. Suponían en el Renacimiento que era Dioniso, que comparte patrocinio de Delfos con Apolo, pero en realidad es una lámpara, o si queréis, una estatua que porta una lámpara, un lichnouchos que llevaba en sus manos unas ramas de vid de las las que colgaban las lámparas. Aquí lo tenéis, para que os hagáis una idea:


Los ojos vacíos dan un poco de yuyu:




Otra cosa más, una enócoe, una jarra para echar vino con una decoración de ochos que nos hartamos de ver por la Italia del Renacimiento:




Y un estrígilo helenístico de Rodas, para quitarse el aceite:


Un pithos, como el que abrió Pandora (y es prácticamente contemporáneo con Hesíodo, el que contó el mito), pero aquí usado como enterramiento de un niño:





Y ante tanto que admirar parabas un poco, te asomabas a las ventanas y veías la cúpula hermosa:


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